Capítulo 4

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—¿Estas segura de esto?

—Oh, vamos. ¿Estas diciendo que tienes miedo?

—Claro que no.

—Bueno, pues súbete. ¿Qué esperas?

Chris sube los 2 escalones y toma asiento aun lado de mí, el encargado del juego se acerca y asegura las protecciones. Luego pone a funcionar la rueda de la fortuna.

Observo como Chris se aferra al barrote de la protección con todas sus fuerzas y veo como su cara se torna bastante temerosa.

—¿Estas bien, Chris?

—¿Qué?—voltea a verme y inmediatamente se da cuenta de como se ve ahora—Ah, claro. Es solo que, ya sabes, no me encanta mucho las alturas.

—¿Y por qué no lo dijiste antes?

—No es importante.

Damos unas cuantas vueltas y podría jurar que Chris tiene los ojos cerrados, aunque no estoy muy segura, ya que se encuentra volteado y naturalmente no puedo ver su cara. El juego para repentinamente y la cabina en la que vamos se mueve violentamente.

—Oh, maldicion.—dice Chris al tiempo que toma mi mano y la aprieta.

—Hey, esta bien. Esto pasa siempre.

Aunque no realmente.

—¡No pasa nada! ¡No se preocupen! ¡Solo hay un problema con la maquina y ahora viene un mecánico a revisar si hay algún problema con...algo del juego.

Oh, esto es malo.

—¿Qué dice?

—¿Eh? Ah, dice que el...eh, el...motor, es decir, el combustible se agoto y han mandado por más para que la maquina siga funcionando.

Una vez que termino de hablar caigo en la cuenta de lo absurdo que eso sonó, sin embargo el esta tan asustado que no se para ni siquiera a analizarlo.

—De acuerdo,—pasa su mano entre su cabello—uff, odio estas cosas.

—Lo siento, yo no sabía, es decir, si hubiese sabido que tú, que tú ya sabes....

Ahí es como me doy cuenta en como regresó por un momento la antigua Recheal.

Él se da cuenta de que tiene mi mano entre la suya, pero no la quita, en vez de eso la aprieta más.

—No te preocupes—se acerca a mí y con su otra mano libre acaricia mi mejilla y una vez que esta a centímetros de mi boca dice:—de todas las personas con las que pude quedar atrapado en esta cosa, te aseguro, que tu eres la que sin duda, me hubiese gustado estarlo.

Se lo que viene ahora, y se que si dejo que lo haga no me tomará en serio, porque vamos, que chico tomaría en serio a alguien que se deja besar por un chico que acaba de conocerlo el mismo día.

Volteo sonriendo y aparto mi mano de la suya con el pretexto de apartar un cabello rebelde de mi cara.

—Es un halago, pero ¿por qué?

El se queda extrañado ante mi rechazo y seguramente ante mi pregunta, pero no se nota molesto por ninguna de las 2.

—¿A qué te refieres?

—De entre todas las personas que conoces, ¿Por qué precisamente yo? Me acabas de conocer.

Se endereza con cuidado, supongo que no quiere mover la cabina demasiado.

Se encoge de hombros.

—No lo sé, digamos que aunque te acabo de conocer noté que había algo diferente en ti.

—¿A qué te refieres?—me toca decir ahora.

—Hay algo en ti, que me agrada. No necesariamente que seas muy divertida o demasiado atractiva. También hay cierto dolor, o no sé, resentimiento tal vez. Algo que te lastimó mucho, y se que tienes una historia de como saliste adelante y como eres tan fuerte ahora, eso me parece interesante.

Quiero hablar, pero el me interrumpe.

—Y eso esta bien, todos tenemos cicatrices, algunas más profundas, y no intento decir que quiero que me las digas, porque sé que cuando pasas por ellas de nuevo, las heridas regresan. Pero, si alguna vez necesitas descargar ese dolor en tus ojos, yo soy muy buen consejero, o eso dicen—termina guiñándome un ojo.

Quiero hablar de nuevo, pero esta vez me quedo sin palabras.

El juego comienza a avanzar y Chris vuelve a su anterior postura insegura.

Yo me quedo observando el cielo, y sabiendo, que sin duda, Chris no es una persona que pueda lastimar, Chris es más que eso.

Y lo tendré en cuenta.

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Chris en multimedia.💖

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2016 ⏰

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La venganza de RechaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora