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No se donde mierda me encuentro, todo a mi alrededor es blanco, paredes blancas pisos blancos, hasta el techo es blanco! Empiezo a caminar con miedo a tropezar o caerme en algún lado. Camino unos cuantos más y veo no muy lejos unas puertas de vidrio, dentro unas personas, trato de apresurar más mi paso. Llego a la puerta y la abro, había mucha gente al rededor de una cama.

-Permiso.- digo llevando la mano a una mujer, pero de pronto todos se van de la habitación.

Me acerco a la única persona que había quedado en la habitación... es mi madre y en la cama estoy yo! PERO QUE MIERDA, lo último que recuerdo fue que estaba por cruzar la calle y de pronto un auto me choco, solo sentí el impacto contra el bitumen caliente de la calle. Pero no puedo estar muerto, o a un punto de morirme, si estoy acá.

-Lo siento, en verdad, hijo.-mamá se ahoga con un sollozo- no debí mandarte a buscar esas cosas innecesarias, debí a ver sido yo y no tu, eres joven no te puedes ir.

-NO MAMÁ ESTOY ACÁ, no me voy a ir a ningún lugar, nosotros contra el mundo ¿recuerdas? te lo prometí.- me posicione atrás de mi madre abrazándola, mientras ella lloraba y yo igual.

De pronto un ruido ensordecedor me pone alerta... mi cuerpo. Mi madre se levanta aprentando más mi mano ¿como puedo sentir su tacto? quedo mirando mirando mi mano en shock.

-ENFERMERAS.- grita mi madre, llorando más fuerte.

Las enfermeras entran corriendo a la habitación, apartando a mi madre hacia afuera. Un señor de más edad entra corriendo a la habitación, asumo que es el doctor. Empiezan a darme descargas eléctricas en el pecho.

-Auch.- eso si que duele. 

De pronto, las enfermeras y él doctor empiezan a darse por vencidos.

-NO ESPEREN, YO PUEDO, SIGAN, LO INTENTO.- empiezo a gritar. Pero no escuchaban.

El doctor tapa mi cuerpo y se dirige hacia las puertas de vidrio, donde anteriormente habían sacado a mi madre.

-TIENES UNA HERMANA DE QUIEN CUIDAR, NO PUEDES MORIR, NO SEAS EGOÍSTA... no lo seas.- caigo en el piso y unas lagrimas acumuladas, salen. 

Me levantó y salgo corriendo hacia las puertas, donde el doctor hablaba con mi madre. Apoye mis dos manos sobre las puertas de vidrio y no logro escuchar nada, solo a mi madre llorando... creo que ya le dijo. Lagrimas siguen recorriendo toda mi cara empapandola. De pronto, mi madre emprende camino hacia donde debe ser la salida. Ahora si, abro las puertas y salgo corriendo hacia ella.

-Ahora sos mi angelito, ¿verdad? me vas a cuidar.- dice ella mientras me posiciono a su lado.

-Claro, nosotros contra el mundo. Siempre te voy a cuidar ma.-le digo tomándole la mano, pero ella no hace nada.

-Esta bien, trato hecho.- No creo que me este escuchando. Pero sigo tomado de su mano, vamos a pasar la salida, pero algo me detiene.

Veo como mi madre se aleja, deteniendo un taxi, subiéndose en el, y alejándose, del hospital... y de mi. Trato de asimilar lo que esta pasando, me siento en una de las tantas sillas que hay en la sala de espera y pienso. Primero, me atropellan y me desmayo, segundo, entro a una habitación llena de gente, que ahora que pienso son mis parientes, tercero, muero, mi cuerpo muere pero yo sigo acá y cuarto, mi alma esta atrapada en el mundo de los humanos. ¿Por qué no me pude ir? cuidar a mi madre desde arriba, una vez escuche que cuando las almas se quedan en la tierra, es porque les quedo algo pendiente. Pero... claro, mis estudios, mi hermana, mi madre, pero ¿que otra cosa?

Siendo tu Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora