Lunes 19 de Septiembre del 2016, 7:15 a.m.
Ciudad de México, Secundaria Javier Mina.
-Buenos días clase- dijo la maestra de español con voz un tanto aguda y vieja -perdonen la tardanza pero bueno, ya estoy aquí y ahora vamos a trabajar- termino, está se sentó lentamente en la silla del escritorio al frente del salón, abriendo una pequeña libreta con anotaciones sobre el tema que vería hoy, todos los alumnos continuaban platicando, sin interés alguno por saber qué demonios harían hoy, María Jimena hacía rayones pequeños en su cuaderno de español, dando trazos largos y pequeños, formando las letras M y J, sin poner mucha atención a la maestra, escuchaba cosas en murmullos pues su lugar se encontraba hasta atrás; escuchaba cosas que no debían ser escuchadas por los padres -No yo quiero ir a la fiesta de los de prepa mañana... No sabías que él está buenísimo... No eh ido al gym en días, estoy gordisima... Creo que mi mamá ya se enteró que tengo novio... No pues yo si jalo mañana, camara...- era lo que se escuchaba entre tanto ruido aún si no se buscaba poner atención, cuando de repente todo quedó en silencio cuando la coordinadora entró al salón -Bueno día maestra, buenos días chicos, perdone que los interrumpa- dije ella calmada -No se preocupe justo iba a comenzar la clase- respondió la maestra -Bueno jóvenes tengo dos anuncios que hacer, primeramente quisiera comentarles que debido a la reciente tragedia nacional el día 15 la secretaria de educación a pedido a todas las escuelas cerrar durante una semana por luto nacional por lo que solo el día de hoy estarán en la escuela- se escucho como todo el salón gritaba de alegría, sin la más mínima preocupación, con la mayor de la ignorancia -Haber tranquilos todos por favor- pidió la coordinadora -Ahora segundo, el día de hoy quisiera introducirles a su nuevo compañero el cual se integrará al grupo de hoy en adelante- por la puerta donde la coordinadora recién había entrado un joven alto, pelo color café, lentes rojos, un tanto robusto y con mochila azul marino -Genial, otro fresa presumido hijo de papi para el grupo- pensó María Jimena -Creo que hay un lugar hasta atrás al lado de la esquina para ti- dijo la coordinadora al joven mientras alzaba la vista -No, no, no, ¿Por qué al lado mío?- se preguntaba la joven, pues al ser excluida por todo el grupo nadie le quería al lado, al frente de ella se encontraba el chico más popular del salón, Fernando; sentado ahí por sus malas actitudes en clases; que por si no fuera suficiente el aguantar a sus ridículas compañeras las cuales venían casi a idolatrarlo ahora tendría que soportar a alguien a su lado izquierdo, el joven quien era bastante alto, pasó torpemente por todos los lugares hasta llegar al fondo dejando caer su mochila al suelo y sentándose apenas cabiendo en la banca -Bueno jóvenes eso es todo por hoy, mantenga se seguros- concluyó la coordinadora saliendo inmediatamente del salón dándole paso a la maestra para iniciar su clase, está comenzó explicando las características del romanticismo anotándolas en el pisarron, tomando casi todo el tiempo de la hora, dando vueltas al mismo punto múltiples veces, para cuando concluyó con la explicación pidiendo a sus alumnos que copiaran lo puesto al frente volvió a tomar asiento en el escritorio, todos los jóvenes voltearon al frente a fingir que anotaban mientras que solo escribían papeles y mandaban mensajes por sus teléfonos, Jimena abrió su cuaderno y comenzó a anotar, la rutina de siempre, ella anotaría y en el grupo de Facebook los demás le pedirían los apuntes, con una poca de curiosidad en su cabeza miró de reojo al joven de su lado izquierdo, quedando sorprendida al ver que el también estaba anotando los apuntes en el cuaderno y no cualquier otra cosa, quedando asombrada, haciendo que el joven notará que ella le observaba, este giro la cabeza viendo directo a ella, al fijarse que había sido descubierta sus mejillas de tornaron rojizas por la pena, ella volvió a su cuaderno apenada cuando el sonido del timbre le interrumpió, dando final a la hora, la joven cerro su cuaderno poniéndolo de regreso a su mochila, el joven de su lado se recargo sobre su mano derecha, cerrando los ojos, dando un ligero tono de aburrimiento, Jimena nuevamente curiosa por la actitud tan diferente del nuevo volteó a verle, comenzó a mirarlo con mayor detenimiento, su cabello era café oscuro, lacio y un tanto largo, más del permitido en la escuela, sus lentes tenían mucha cinta adhesiva en la pata derecha, llevaba el cuello de la camisa escolar desarreglado, metido debajo del chaleco del uniforme, sus manos eran bastante más grandes a comparación a las de ella, pero noto algo raro en estas, los nudillos se encontraban rojos, el nudillo central incluso estaba algo despellejado, pero su análisis fue interrumpido por una voz relajada -Hola... Tienes bonitos ojos- Jimena busco el lugar de donde está voz provenía rápidamente solo para ser interrumpida nuevamente por está -¿Sabias que dicen que devolver el cumplido da buena suerte?- la joven rápidamente se dio cuenta de que la voz provenía del joven al cual observaba, este tenía los ojos entre abiertos, mirándola nuevamente regresando el rubor a sus mejillas -Yo... Perdona... No era mi intención... Perdón, que pena- respondió Jimena regresando su cabeza al frente y tapando su rostro con las manos -No te preocupes, puedo tomar el que me observes como el cumplido, normalmente nadie y menos mujeres notan mi presencia- añadió el joven con una sonrisa, sorprendiendo a Jimena -Oh... Bueno... Gracias... Lo que dijiste... Fue... Agradable, aquí también nadie nota mi presencia así que es la primera vez que alguien me dice eso- respondió, devolviéndole la sonrisa al joven, esté sonrió una ultima vez y rápidamente volvió a cerrar sus ojos, despertando totalmente la curiosidad en Jimena por descubrir más sobre el chico nuevo; pasaban las horas, siendo que en ninguna de estás los maestros pasaron lista y menos aún notaron la presencia del nuevo alumno Jimena no pudo saber su nombre aunque ella tampoco se había animado a preguntarlo, llegado el descanso Jimena bajo por las escaleras al patio grande a su lugar de siempre, una pequeña banca en una esquina del patio, debajo de un árbol el cuál siempre le podía proporcionar sombra, saco de una pequeña bolsa café una bolsa aún más pequeñas de papas fritas -Que gran comida la de hoy- comentó irónicamente mientras sacaba una papa algo remojada y la metía a su boca, está se echo para atrás y comenzó su actividad de todos los días, observar todo, desde aquel pequeño rincón se podía observar los movimientos de todos, como una torre de observación, cada persona, chicas, chicos, maestros, parecía que nada quedaba fuera de la vista de esta chica, chicos jugando football, chicas hablando de chicos, cosa de todos los días, a la esquina contraria de donde ella estaba el chico nuevo se encontraba sentado en el suelo, cerca de la fila de la cafetería, pero pareciera le hacían la novatada del año, pues todos los que pasaban a si lado le golpeaban y pareciese que lo hacían apropósito pero el joven parecía no dar importancia a ello, algo extraño, perecería que su mente estuviera en algo más, así continuaron las siguientes 4 horas, con el joven de nombre desconocido llenando de curiosidad a Jimena, llegada la hora de salir el joven salió tan rápido como pudo del salón, la joven llena de preguntas corrió de tras de el chocando con muchas personas en su camino -Fíjate amiga- le grito Fernando al chocar con el -Cuidado roja artificial- dijo una de las chicas con las que chocaba, Jimena continuó persiguiendo al joven fuera de la escuela hasta perderle en la esquina, sin fijarse y cansada comenzó a cruzar la calle siendo detenida bruscamente por alguien tomándola del brazo mientras un carro pasaba veloz frente a ella -Cuidado- le dijo quien la sostenía -Debes mirar por ambos lados antes cruzar- Jimena al voltear vio el rostro amigable del joven al que perseguía esbozando una pequeña sonrisa -Yo... Gracias... Por segunda vez, estuvo cerca- contesto Jimena -No hay de qué- dijo el joven mientras la soltaba y comenzaba retirarse -¡Espera!- le pido ella ansiosa -¿Cuál es tu nombre? Te sentaste a mi lado todo el día y nunca supe cual era- le comento algo nerviosa -Oh claro...Una disculpa, he estado muy distraído hoy, no es de chicos nuevos no presentarse- bromeó el -Oh ¿Así que haces chistes?- comento Jimena sonriente -Solo aveces y... Uhhh... Si me llamo Pablo, un gusto... Uhhh... Supongo que me toca a mi, tampoco de tu nombre ¿Cómo te llamas?- contesto el joven -Jaja, Jimena, María Jimena en realidad- dijo sonriente -Bueno entonces es un gusto María Jimena- sonrio el joven -Igualmente Pablo- respondió ella más relajada; caminaron hacia el metro más cercano mientras hacían típicas preguntas para conocer a alguien, al llegar a la entrada de este Jimena preguntó -¿Y hacia que dirección vas? ¿O ni siquiera tomas el metro?- el joven respondió algo nervioso -Uhhhh pues... No no tomo el metro... De hecho yo me voy caminando- Jimena suponiendo respondió -Oh, ¿Entonces vives cerca?- Un poco más relajado el chico respondió -Uhhh no tampoco, pero es para hacer ejercicio, digo como bien y eso, pero casi no salgo después de mi casa entonces caminar mucho es mi ejercicio de todos los días- Jimena con una sonrisa en el rostro dijo -Bueno, entonces ¿Seguimos hablando en la tarde?- el joven dio una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza, los jóvenes se despidieron sonrientes y cada quien siguió su camino.
ESTÁS LEYENDO
El Increíble Arácnido Jr: La esperanza de una Ciudad
ActionMaría Jimena es una chica bastante común de la Ciudad de México, una ciudad ya no tan común, pues hace un año apareció un supuesto héroe llamado "Arácnido jr." quien a ayudado a bajar el crimen en la ciudad y a las personas en ella, pero Jimena no c...