Miércoles 21 de Septiembre del 2016, 4:50 p.m.
Ciudad de México, en alguna banca dentro de Plaza Insurgentes.
Mientras esperaban a Helena, la novia de su madre, Jimena decidió perderse un rato en internet. Paso con su dedo índice una noticia en Facebook tras otra. Noticias sobre películas, publicaciones compartidas, memes, fotos. Casi todo era lo mismo, hasta que se topo con una foto de una compañera de la escuela. Silvia Plata Bojórquez. Una chica un tanto particular pues su cabello era naturalmente blanco, sus ojos azules y piel blanca, todas, condiciones genéticas de parte de su padre. La foto era muy sencilla, en ella se veía a Silva de frente, con la imagen llegando hasta sus hombros, ésta sonreía ligeramente lanzando una mirada inocente a la cámara haciéndola ver realmente tierna. Su piel blanca la hacía ver casi fantasmal, su piel se veía tremendamente suave, bella y sus ojos azules brillaban.
Se quedo analizando la imagen un poco más hasta ser interrumpida por la voz de su madre saludando a Helena
-¡Heli! ¿Cómo te fue en Nuevo León? ¿Qué tal la familia?
-¡Zari¡ (Un diminutivo de Zarah) Pues bien, todo tranquilo, todo muy bien gracias- respondió Helena dándole un gran abrazo a Zarah
-Hola Jime, ¿Cómo estás?- pregunto a la joven mientras se separaba de su madre
-Ah... Bien, bien, gracias, algo cansada, pero todo bien- respondió ésta con una gran sonrisa.
Finalizando su clásico ritual de saludo se dirigieron al Sanborns del lugar para comer. Pasaron ahí varias horas platicando hasta que fueron las 6 de la tarde. Saliendo del lugar tomaron el metrobus para dirigirse de vuelta a casa. Ya en el lugar Helena se quedo hasta las 8 platicando en el sillón junto a la madre de Jimena, mientras ésta, encerrada en su cuarto, continuó su paseo sin rumbo por internet.
Al llegar las 9:30 de la noche Jimena salió de su cuarto, encontrándose a su madre acurrucada sobre Helena en el sillón, viendo una película, mientras ésta jugaba con el cabello de Zarah. Jimena paso silenciosamente a la cocina donde se sirvió un vaso de agua y antes de beberla contemplo el vaso un momento
-Agua... El agua es amiga- se dijo a si misma para después beber del vaso, se sirvió varias veces más siguiendo este mismo procedimiento para después volver a su cuarto. Al entrar cerro la puerta tras de si y se sentó en el suelo bloqueando la entrada con su cuerpo.
Su cuarto no era muy grande, pero tenia muchas cosas y decoraciones dentro de el. En su cama había al menos unos 5 peluches y ésta tenia una sabana de "My Little Pony" sobre si. Al lado derecho de ésta había un buró con una lámpara, una tarjeta del metro, su teléfono y un par de monedas sobre de éste. A su lado izquierdo se encontraba el closet con varias prendas dentro, dobladas y en ganchos. Debajo de estas había varias cajas de juguetes y una bicicleta pequeña.
A un lado de la puerta, junto a Jimena, había una silla donde se encontraban un par de playeras y pantalones desparramados y debajo de ésta su mochila de la escuela, en la cual había un cierre abierto de donde sobresalía una toalla femenina. Su periodo había llegado antes y cuando su periodo llegaba también los pensamientos sobre el agua.
Se levanto del suelo y se dirigió a su cama donde se acostó lentamente. Abrazo uno de los peluches y tomo su teléfono del buró revisando las notificaciones de éste. Desde hace varias horas esperaba un mensaje, extrañamente la persona que enviaría el mensaje alejaba los pensamientos sobre el agua. Hacía unos dos días que lo conocía. Pablo se llamaba. El chico era... Era uno raro. Amaba las ciencias y matemáticas, pero era pésimo en las materias, era un chico muy listo pero distraído, brillante pero holgazán. Había un algo en él que daba una sensación de ser distinto a los demás, una chispa de calidez. Un algo que en el poco tiempo que le conocía ya le había causado un par de sonrisas.
Pasaron un par de minutos para que su mamá tocara la puerta avisando que Helena ya se iba. Al regresar de haber bajado a abrir la puerta del edificio a Helena, Jimena se dirigió nuevamente a la cocina a tomar agua segunda por su madre
-Entonces Jime... ¿Todo bien?
-Ujum- respondió aún tomando del vaso
-Que bueno, ¿Te gusto tu comida en el Sanborns?
-Si, hace años que no comíamos ahí, no recordaba cuanto me gustaba su helado de chocolate
-Si, ese helado es bueno, prefiero el de vainilla, pero esta bueno
-Si... ¿Y qué cuenta Helena ma?
-Pues dice que últimamente se ha puesto difícil seguir en lo de bienes raíces, con todo lo que ha pasado desde el 15 de septiembre, parece que ya casi nadie quiere vivir en la Ciudad
-Bueno si, eso era de esperarse, con la inminente ola de crimen que se vino y las supuestas pruebas de que Arácnido jr. causa los crímenes que resuelve, la gente ya no se va a sentir muy segura al dormir en la ciudad
-Pues si, si, tienes razón en eso hija y justo hablando de eso ¿Crees que sea verdad? ¿Qué el chico aquel cause los crímenes que resuelve? Yo no, suena... Ilógico
-Sinceramente no lo sé, siempre he pensado que es un tonto por pensar que una sola persona puede hacer un cambio y nunca he creído que hace lo que hace de a gratis, nadie lo haría pero de igual forma no se lleva nada de dinero o cosas de los robos que detiene y pues eso es bastante extraño si es que el planea esos crímenes para hacerse pasar de héroe, lleva como un año y no lo veo comenzando a cobrar por lo que hace, pero no estoy segura
-Pues si, desafortunadamente parece que casi nadie quiere usar la lógica y darse cuenta de esl
-Si, pero pues desafortunadamente no podemos cambiar como quieren pensar esas personas
-Je, si, eso sería bueno Jime
-Si... Y em, ma... Me... ¿Me puedo meter a bañar? Ya sabes como soy- interrumpió Jimena
-Claro que si hija, adelante y término su madre saliendo de la cocina y detrás de ella Jimena.
Está se dirigió a su cuarto y de un cajón saco ropa limpia y tomo de su cama su pijama. Se dirigió al baño, encendió la luz al entrar y al cerrar la puerta se sentó nuevamente en el suelo
-El agua es amiga- se repitió en voz baja un rato mirando perdida lo poco que se veía de ella en el espejo sobre el lavabo hasta que si mamá toco la puerta anunciando que el agua ya se había calentado. Se levanto del suelo y coloco su pijama en un estante junto con el resto de su ropa. Hizo a un lado la cortina y abrió la llave del agua caliente. Reviso un poco el estado del agua con su mano para después dirigirse a apagar la luz del baño. Ya a oscuras y con el ruido del agua cayendo fuertemente en el cuarto comenzó a desvestirse dejando toda su ropa botada en el suelo.
En la oscuridad no se podía ver a si misma, no podía ver su rostro ligeramente ovalado o a las pecas que cubrían sus pómulos y nariz, ni tampoco a la pequeña papada que se estaba formando debajo de éste, no podía ver su busto grande o los gorditos causados por brasieres que se quedaban pequeños en poco tiempo, no podía ver la gordura en su vientre a causa de la falta de ejercicio o sus caderas extrañamente anchas, sus muslos gordos, sus piernas extrañamente largas o sus pies desproporcionadamente pequeños. No podía ver nada de eso en la oscuridad. Rápidamente entro a la regadera y dejo que el agua cubriera naturalmente su cuerpo. El agua la hacia sentirse mejor consigo misma. No solo el tomarla hacia que dejara de sentir que era tan pesada como un elefante, el estar en ella la hacia sentirse libre de esos que consideraba defectos. En el agua no se sentía como una ballena encallada.
Al cabo de un rato de un rato de usar shampoes y acondicionadores Jimena salió de la regadera y rápidamente; casi avergonzada como si alguien la estuviera mirando se coloco las bragas, el brasier y el resto de su pijama. Salio del baño con el pelo húmedo cubriendo su rostro y paso un rato más en su cuarto cepillando su cabello. Para cuando acabó con la actividad ya eran al rededor de las 11 p.m.
Su madre entro a su cuarto y le dio un beso cariñoso de buenas noches a su hija. Jimena como otras noches no podía conciliar el sueño, hasta que pasadas las 12 escucho una notificación viniendo de su teléfono. Afortunadamente era el mensaje que esperaba. Llego tarde el mensaje, pero finalmente llego. Aquel mensaje que le hacia dejar de sentirse como una ballena encallada.____________________________________
-"La escuela esta difícil últimamente y el estrés sube con ello. Hasta la próxima gente"-
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El Increíble Arácnido Jr: La esperanza de una Ciudad
AçãoMaría Jimena es una chica bastante común de la Ciudad de México, una ciudad ya no tan común, pues hace un año apareció un supuesto héroe llamado "Arácnido jr." quien a ayudado a bajar el crimen en la ciudad y a las personas en ella, pero Jimena no c...