†Capitulo 2: Una Promesa†

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Narra Alister

Al salir de el infierno del que se había convertido nuestra escuela, observamos todo a nuestro alrededor, mirando como mi mejor amigo Leroux temblaba ligeramente, provocando una grieta en mi corazón.

Corríamos sin parar mientras esas cosas nos perseguían, no podía creer en lo mas mínimo lo que estaba ocurriendo, quien se podría imaginar un fin del mundo de esta manera, todos, absolutamente TODOS, se comían entre sí, bueno... exceptuando a Leroux y a mi, de alguna forma se me formo una sonrisa algo picara en un momento como este, y es que bueno, era un chico hormonal, no me podían culpar por tener esta clase de pensamientos impuros.

Seguimos corriendo lo mas rápido que pudimos, para perder a esas cosas o como se llamen, pasando por una curva en done una de esas cosas se atravesó provocando que Leroux cayese.

- ¡Alister! -Oí su gritó, ya tenía casi encima a unas de esos caminantes, se había atorado en una alcantarilla que había en el suelo, me acerque a él, estaba un poco asustado ya que esas cosa venían cada vez más cerca de nosotros, pero no lo dejaría solo, era una persona muy importante para mi: logre sacar su pie de aquella alcantarilla, de un momento a otro un "caminante" tomo a Leroux de la camisa, así que tome una piedra de allí cerca, jalo a Leroux de un lado y cuando la cosa viene hacía mi impacto la piedra en su cráneo rompiendo este de un solo golpe, quedando mis manos manchadas, tanto Leroux como yo quedamos en Shook al ver esto, enserio no podía salir de mi ensimismamiento, pero debíamos irnos de aquí antes de que una de esas cosa viniera, por lo que agarre al menor de la mano y salimos corriendo de allí.

Pasos y pasos eran lo que se escuchaban, llevábamos un rato corriendo hasta que divisamos unas casa a lo lejos, era un vecindario, cuando llegamos vimos todas las calles y ceras, en esta parte no habían llegado esas cosas, por lo que tal vez estabamos seguros, nos adentramos en una casa, bastante bonita por fuera, era blanca como todas las demás pero este tenía un jardín bien cuidado afuera, cuando entramos solo había desorden, tal vez la familia que había aquí se había ido por todo este caos; en la puerta atravesé un mueble para quedarnos seguros y que si una de esas cosas pasaba se quedara afuera.

- Oye... Descansa un rato, yo iré a revisar el lugar, ¿Si? - Le dije a Leroux quien se veía cansado y todo sudado, le regale una sonrisa a lo que él se sonrojo, luciendo adorable.

- S-si...Pero con cuidado ¿De acuerdo? -Respondió sonrojado mientras se recostaba en el gran sofá que estaba atravesado en la puerta.

-Claro, y grita si necesitas algo.- Le dije en tono burlón, tratando de que el ambiente se tornara menos tenso.

-Ja,ja muy gracioso... - Se defendió fulminando me con la mirada.

Reí un poco al ver su rostro, fui subiendo las escaleras, algo precavido ya que no tenia ninguna arma para protegerme de lo que estuviera allí, al llegar a aquel piso pude notar que en las paredes habían cuadros con fotos familiares, me pareció lindo ver a la niña con sus padres, al verla me imagine tener una familia con Lerouxie~, seria re-lindo; seguí caminando por un gran pasillo que conducía a unas habitaciones, entre a uno de ellos, era todo... ¿Rosa?, si definitivamente era rosa, me imagino que este es el de la niña, empecé a merodear por cada rincón de aquella habitación, me conseguí con muñecas, ropa de niña... hasta bragas.

Me salí de aquella habitación, para adentrarme a la siguiente, esta era más... Elegante, era una combinación de colores oscuros con claros, me imagine que esta era de los padres de la pequeña, comencé a revisar los gabinetes, el closet, en el cual había una pistola ya cargada.

-Esto nos servirá- -dije para mi mismo, cargando el arma, haciendo que se escuchara ese típico ruido que aparecía en las películas.

La tome para luego sentarme en el suelo, tomar la mochila que tenia en mi espalda abrirla y sacar todo lo que no necesitaba, la metí allí adentro cerré el bolso y comencé a revisar por debajo de la cama, me encontré con algunas cajas con balas nuevas, las tome y las guarde.

Cerré la mochila para colocármela e ir recorriendo las demás habitaciones, aquella que quedaba era nada mas y nada menos que el baño, antes de entrar pude notar un olor fuerte a putrefacción, no sabia si entrar o no, ya que podría estar uno de esos caníbales allí, pero me mataba la curiosidad saber que era lo que estaba allí, saque el arma ya cargada, calibre 42, sabia que clase de arma era, mi padre era militar me enseño a sobrevivir a, cuidarme por mi mismo, quite el seguro y coloque mi dedo índice en el gatillo, abrí la puerta y lo que e encontré fue realmente asqueroso.

Una pequeña de aproximadamente 9 años de edad, bueno, eso digo yo, estaba comiéndose a tu propio... Padre, no sabia que pensar, quede totalmente aterrado, no sabía que hacer, de un momento a otro, la "niña" si se podía decir así, se lanzo sobre mi, dando fuertes sonidos que me aturdían, haciendo que se me calle se el arma, no sabia que hacer en ese momento, solo trataba de que no me mordiera, note que a un lado de mi había un adorno de porcelana medio roto con la punta afilada, la tome rápidamente y se la clave en la parte izquierda de su cabeza, me la quite de encima, justo en ese momento llego Leroux algo acelerado y asustado.

-¡Ali! ¡¿Estas bien?! - Pregunto preocupado, a la vez que me ayudaba a levantar.

-jajaja, tranquilo compañero estoy bien... - Respondí riéndome de su cara de preocupación.

- A ver, a ver, tú aquí riéndote, y yo preocupado de que estuvieras herido, tu si eres arrecho de verdad...- Dijo frunciendo me el ceño, lo cual me causo algo de gracia.

- Hey, tranquilo vamos tenemos que irnos- Reí mientras me quitaba el cuerpo de la niña de encima, hiendo a donde estaba Leroux.

Empecé a caminar, pero de una momento a otro escuche un ruido de un disparo, me gire y era Leroux asustado, me acerque a él, le quite el arma y la guarde, Leroux estaba en un estado de shock, mire hacia donde el estaba viendo y era el padre de la niña, el que estaba muerto... O eso era lo que yo pensaba, le tome la mano a Leroux, para ir a la habitación mas grande, sin antes cerrar con seguro la puerta del baño; al llegar lo senté y lo tome del rostro e hice que me mirara a los ojos.

- Lerouxie~ ya, tranquilo... - Susurre dándole unas leves cachetadas en la mejillas derecha.

Leroux parpadeo un par de veces, como si se despertara de un trance, me abrazo asustado, rodeando con sus brazos mi cintura, le correspondí el abrazo para luego acariciar su cabello, esperaría a que él me lo dijese, no lo alteraría más de lo que esta, escuche un pequeño llanto proveniente de él, lo deje de abrazar para así agacharme a su altura.

-Alister... ¿y si nos pasa algo? - Dijo mientras sus lágrimas recorrían su dulce y tierno rostro.

-No dejare que nos pase nada...- Respondí, sentándome a su lado, sin dejar de abrazarlo y otorgarle dulces caricias.

- ¿Lo prometes? - Dijo mirando me atentamente a los ojos, esos hermosos ojos verdes, que me cautivaban y llenaban de paz.

-Lo prometo...- dije abrazándolo, ocultando su rostro en mi pecho.

Ambos caímos a la cama, Leroux se acurrucaba entre mis brazos para caer rendido en los brazos de morfeo, pero yo tampoco me quede atrás, nos quedamos los dos dormidos juntos, lo iba a proteger pasase lo que pasase.

La Guerra Contra Los Muertos [Hetero/Homosexual] [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora