Oscuros Secretos «H. S.»

Capítulo 1.

7 meses después.

Después de siete meses, Harry y yo habíamos decidido vivir juntos. Nos encontrábamos a unos pocos kilómetros de la ciudad, en otra ciudad cercana, justo en el departamento de Harry. Pero con él tiempo se nos había hecho algo pequeña y esos nos dejaba en donde estamos ahora, en la autopista, camino a la ciudad donde mi madre ahora estaba viviendo, con la condición de quedarnos. Después de todo, ahí nos conocimos. Mientras, él conducía al centro de la ciudad, a una casa no tan grande que ambos habíamos pagado. Tomé la mano libre de Harry y este sonrió. Su cabello húmedo por la ducha que recién había tomado estaba hacia atrás mientras que el sol de plena mañana lo hacia resplandecer, sus hermosos hoyuelos se marcaron al notar que no dejaba de mirarlo, se giró brevemente y me robó un pequeño beso. Reí y me volví hacia la ventana.

La entrada de la ciudad nos daba la bienvenida y con esta los recuerdos de un pasado lastimaban una vieja herida, el frío reinaba en la autopista causando que los vidrios se empañaran. Las imágenes de la última vez que vi a Zayn llegaron a mi mente como un eco en medio de las montañas. Miré por la ventana y una lágrima se corrió por mis ojos al recordar una vieja promesa que me había hecho Zayn.

"Íbamos entrado a la ciudad, nuestro nuevo futuro, nuestra gran esperanza. Zayn estaba ocupado manejando mientras mis manos entrelazadas sudaban. Estaba realmente nerviosa. —Hey. —Escuché a Zayn llamarme. Lo miré.

Mi mirada iba de lado a lado en sus rostro, notaba las gotas de sudor ante el calor del verano, que corrían por su frente hasta el cuello de su camiseta blanca dejando una sombra oscura en la misma. Mis pies se movían de arriba a abajo con exasperación y sentía como mi corazón latía rápidamente, tal vez esta no había sido mi mejor decisión. Malos presentimientos llegaban a mi cabeza y una leve sonrisa se formó en el rostro de Zayn al ver que mordía mi labio inferior con nerviosismo.

—Calmate, tonta. —Suspire y asentí. Sentí su mano cálida sobre la mía. —No soy el mejor hermano, pero algo te prometo. Las cosas cambiarán ¿si? Nuestra vida aquí será diferente. "

Y lo había sido. Limpie la lágrima de mis ojos. Él se había ido para dejarme un futuro, para hacerme feliz y yo nunca pude decir gracias. Parpadeo un par de veces ante los rayos del sol que se filtran por la ventana y siento un leve apretón en la mano que Harry me sostiene, lo miré fijamente y su ceño fruncido llamo mi atención. Estiró su mano y quitó el residuo de la lágrima. Le susurré un leve "estoy bien", el asintió y continuó el camino. Suspire y unos minutos después Harry se detuvo.

La casa era de dos plantas, pequeña pero más cómoda que el departamento. Las paredes iban decoradas de un color marfil que la hacia lucir limpia y amplia. El verde del césped resaltaba entre las rosas y orquídeas que crecían bajo las grandes ventanas de la casa, una cerca evitaba la entrada de un extraño, un requisito que para Harry parecía primordial. Pulsó un botón y la reja negra de gran tamaño se hizo a un lado mientras él avanzaba y dejaba el auto frente al garaje para luego volver a cerrar la reja.

Me bajé del auto y Harry abrió el maletero del mismo para empezar a bajar todas las cajas que quedaban. Para nuestra mala suerte, el camión de la mudanza estaba tan lleno que debíamos pagar otro viaje solo de cajas y vi mejor traerlas en el auto para evitar incidentes. Abrí la puerta de los asientos traseros y baje todas las cajas dejándolas frente a la gran puerta de madera pintada de blanca. Introduje la llave y bastó con un giro para que la cerradura crujiera y la puerta dejara ver el interior de la casa. Los pisos de madera clara resaltaban entre las paredes blancas con gris. La barra de la cocina se veía al fondo del lugar junto a un espacio donde iría el comedor. Las escaleras hacia la segunda planta estaban de fondo, justo al lado de la cocina. Tome una bocana de aire y entré.