Venganza

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Momoi había decidido crear un día a la semana en el que todos pudieran quedar, puesto que estaba ultra sensible no les quedo de otra que aceptar. El problema viene cuando a la pelirosa se le antoja algodón de azúcar, y Murasakibara e hijo apoyan tanto la idea que hasta el pequeño estaba al borde de hacer un berrinche. Esa es la explicación de porque habian acabado en un parque de atracciones.
Ir a un lugar de ese tipo con niños significaba que debías comportarte como un adulto y en vez de preocuparte por tu diversión debías preocuparte de que los niños no fueran un peligro ni para si mismos ni para el resto de visitante.
-¿Por qué no podemos ir a la montaña rusa?- hizo un mohín Dimitri.
-Porque eres un enano- su burlo su padre, el niño le lanzo una mirada asesina. El disgusto de la montaña rusa le duro poco puesto que en el parque habían tenido la genial idea de hacer una mini montaña rusa, con menos subidas, menos velocidad y menos grande, el objetivo era que los niños no se marcharan con mal sabor de boca por no poderse montar en la atracción estrella, el resultado era satisfactorio, al menos al pelinegro se le olvido la idea de montarse en la grande y con varias vueltas en la pequeña tuvo bastante.
-Papá, mira.- Yuu señalo un hinchable de Bob Esponja.- Quiero subir.
El pelimorado lo llevo volando, que hubiera un puesto de dulces al lado no tuvo nada que ver con la velocidad a la que lo hizo.
-Yo también- hablaron Dante y Vergil al unísono.
-Pues vamos- Barbie acompaño a sus hijos menores a la colchoneta.
Al final acabaron divididos, los que iban con los niños menores por un lado, y los que iban con los mayores por otro.
-Genial...- musitó Midorima, que se encontraba con Akashi, Jack, Noel y Aomine. Vamos nada peligroso.
-Deberíamos llamarles para quedar en algún lugar.- propuso Akashi, pero nadie le estaba escuchando, así que decidió hacer lo que le parecía correcto, el lugar de quedada era una hamburguesería que habían visto al entrar.

-Bueno ¿y ahora donde vamos?- le preguntó Tammy a los niños.
-Frozen- Hikari se encontraba en brazos de su padre, y la niña estaba señalando hacía un pequeño establecimiento que contenía nieve dentro.
-Pues vamos- dijo feliz Sony, que fue la primera en entrar.
-A veces me pregunto quien es más cría de las dos- musitó Adam con Lena entre sus brazos
-Evidentemente Sony, Lena es un encanto- dijo divertida Bárbara, que llevaba de la mano a ambos gemelos.
-Así que es verdad, los niños prefieren a sus madres y las niñas a sus padres- se apunto aquello mentalmente.
-Supongo que eso es cierto- corroboró la rubia.- aunque no sé si se puede aplicar a todos los casos.
-Yo creo que sí se puede dijo Reby.- todos los niños que conozco tienen un favorito y por regla general es el progenitor de sexo distinto al suyo.
-Que fino ha sonado eso- chincho Kagami, puesto que había perdido a su compañero de peleas interminables debía buscarse un sustituto y aparentemente Reby era de la que podía obtener la misma reacción que de Aomine.
-Bakagami, lamento decirte que sea niño o niña tu hijo sera de su madre, los niños son inteligentes y no tienden a juntarse con idiotas como tú- gruño la mujer.
-Kagami-kun deberías intentar hacer más amigos no enemigos.- Kuroko tan tranquilo como siempre pero consiguiendo molestar a su amigo el pelirrojo.

La hora de la comida llego entre atracción y atracción y como Akashi había organizado se reunieron todos en la puerta de la hamburguesería. Nadie esperaba que nada más entrar una joven saliera disparada y acabará chocando con Aomine, que la sujeto gracias a sus reflejos porque sino la muchacha habría acabado en el suelo.
-Lo siento- por la voz ya notaban que algo no iba bien cuando vieron aquellos ojos castaños llenos de lágrimas confirmaron que algo le había pasado.
-¿Estas bien?- pregunto Hillary alarmada.
-Sí, no es nada- a Midorima aquella chica le sonaba y cayo en la cuenta de algo.
-El otro día casi te atropello- dijo de golpe un poco molesto, claro que tener a una mujer rota emocionalmente no era la mejor situación para ponerse hecho una furia.
-Pues deberías haberme atropellado- susurro.
-Muy bien Gin, ya te estas secando las lagrimas y volviendo a la mesa- una pelinegra le dijo muy seria.
-Pero Zoe- intento excusarse.
-Ni Zoe ni Zoa- puso los brazos en jarra.- Vuelve a la jodida mesa antes de que tengamos que ir a un velatorio.

Los niños por su parte se habían escapado del lado de sus padres e iban buscando una mesa, fue Dimitri el que se encontró con una cara conocida.
-Lune- saludo a la rubia que estaba en una mesa con sus amigos.
-Hey- saludo ella, los que la acompañaban miraban al niño
-Lo que me faltaba hoy cuernos- suspiro Illium consiguiendo quitarle tensión a la mesa.
-Es el hijo de mi jefe- explicó la chica- y las mariposas tienen antenas no cuernos.
-Chicos centrados, estamos planeando un asesinato, no hablando de lo bien que le quedan los cuernos a Mariposa- sonrió Nick.
-¿Asesinato?- preguntó el pequeño.
-Cuando alguien le rompa el corazón a uno de tus amigos lo entenderás.- explicó el ojidorado.

Por fin pudieron entrar, claro que nada más poner un pie dentro salió un tipo empapado de pies a cabeza.
-Porque creo que ya han actuado sin nosotras- suspiro Zoe.
La parte cierta era que no la seguían por curiosidad sino porque debían encontrar a sus hijos, lo que no se esperaban era que estuvieran reunidos todos en la mesa y riéndose.
-Hola-saludo Lune a su jefe y jefa.
-Muy bien ¿que habéis hecho?- Zoe pregunto con autoridad mirando a la rubia y al chico sentado a su lado.
-No hemos sido nosotros, no hay muertos- se excuso el chico.
-Ni heridos de gravedad- apoyo la chica.
-Y ante todo nada a explotado- se reía un rubio casi albino en la otra punta de la mesa.- Ha sido Maya.
-Hey - se quejo la inculpada- solo me he acercado a la chica y le he dicho que me rompió el corazón, y me dejo cuando se enteró de que estaba embarazada.
-Y digamos que Di es un hijo de pega fantástico- Lune y el niño chocaron puños.
-Venga alma en pena, reconoce que ha sido divertido- dijo Rafael.
-No soy un alma en pena- gruño, por lo menos si se enfadaba dejaba de llorar así qué.
-Claro por eso una panda de desconocidos, sin ofender, se preocupan por ti- finalmente Gin se dio por vencida, y les contó la historia a aquella panda de desconocidos, a fin de cuentas la virtud del desamor es que para tenerlo debes haber amado antes.

-Me ha dado pena...- musitó Leyna, puesto que ella había pasado por casi lo mismo.
-Incluso Murasakibara le ha dado dulces- afirmo Shintaro, y es que ningún hombre podía ver a una mujer llorar de manera tan desconsolada y no hacer nada, incluso él se había sentido impotente al ver a la muchacha con el corazón roto, que a pesar de todo intentaba sonreír y eso era algo admirable.

-He estado pensando en algo- dijo Noel.
-¿En que?-preguntó la rubia mientras veía a sus hijos dormir, para su suerte pudieron descansar en la segunda mitad de la tarde puesto que los amigos de Lune y ella misma se habían ocupado de los niños, hasta tal punto que lo habían agotado.
-Unas vacaciones tú y yo- propuso.
-Las ultimas niñeras huyeron- le corto la idea.
-Ya, pero ¿los has visto?, Lune es capaz de ser la niñera.- propuso- aunque le tenga que pagar el doble.
-Que lleve a Illium a lo mejor entre dos controlan más a estas fieras que tienes por hijos- la verdad es que el chico le había caído bien, en especial el plan de asesinato que había trazado para vengar a su amiga.
-Hump- gruño Noel.
-¿Eso que huelo son celos?- preguntó divertida.
-En tus sueños- sonrió mientras aparcaba el coche delante de su casa- ¿A donde quieres ir?
-Cualquier lado esta bien- contestó- y que le podemos traer regalos a los niños- era la primera vez que se iba de viaje sin los niños y a pesar de que no era oficial aún también sabia

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