Capítulo 65.

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“Segundo Día” pensé al levantarme de mi cama. Con una gran sonrisa recordando lo que había sucedido el día anterior.

¿Qué sorpresas me tendrá Sebastian hoy?

Revise mi celular y mire un mensaje de whatsApp de Sebastian.

Sebastian: Buenos días princesa, paso por ti a las 10 ,es mi segundo día para conquistar te así que tienes que hacer lo que diga, te amo.

Ese mensaje me había alegrado el día completamente, corrí hacia mi habitación para escoger la ropa que me pondría. ¿Quien diría? Iba a salir con Sebastian Arango, después de estar totalmente convencida de que ponerme mi armario quedo desordenado fue una larga búsqueda – me duche y me arregle con un poco de maquillaje nada exagerado.

Justo acababa de alistarme cuando escuche que tocaban la puerta, aun eran las 9.30 por lo que me pareció extraño, me sorprendí al ver que era Sebastian.

– ¿Que haces aquí a esta hora?-hablé mientras lo veía acercarse cada vez mas a mi.

–¿No vas a saludarme? ¿donde están tus modales pequeña?–dijo mientras me daba un gran abrazo.

– No me respondiste –trate de evadir ese momento tan hermoso que lo único que provocaba en mi eran ganas de correr en sus brazos y olvidar todo lo malo que ocurrió por whatsApp.

– Decidí venir temprano por que:
Primero, te extrañe y segundo no quería que escaparas antes que viniera por ti. –sonrió.

En ese preciso instante sentí como las famosas mariposas en el estomago se apoderaban de mi, todo era tan perfecto, un sueño hecho realidad.

– Ya mejor salgamos Sebastian –hablé de nuevo tratando de evadir esos pequeños pero maravillosos momentos.

Salimos del edificio y nos dirigimos al estacionamiento.

– ¿Así que sabes conducir?– exclame mientras observaba la carretera.

– Así es bebe y soy un excelente conductor –sonrió con aire de grandeza, pero a la vez se veía tan tierno.

Llegamos a una playa, todo parecía tan perfecto pero tan irreal.

Caminamos agarrados de la mano por la orilla del mal ,no dije ni una palabra el tampoco pero parecía tranquilo llegamos a un pequeño restaurante, pedimos algo de comer la verdad yo seguía con mi estúpido comportamiento de ignorarlo cuando lo único que quería de verdad era disfrutar del momento, pero aunque eso doliera tenia que darle una lección a Sebastian.

Comencé a escribir en mi celular para tratar de evadir su mirada cuando recibí un mensaje.

Sebastian: Sigo aquí, y casi no me has dirigido la palabra, hasta cuando _____ prometiste que me darías estos días para convencerte que te amo.

Yo: Perdón, tienes razón pero no creas que todo se arreglara fácil.

Deje mi celular a un lado y decidí hablarle realmente el tenia toda la razón.

– Sabes me encanta este lugar, gracias por traerme –guarde mi celular.

– No tienes que agradecerme entiendo que cualquier lugar es mejor si yo, Sebastian Arango esta ahí –rió.

Reí.

– Sabia que te sacaría una sonrisa, la realidad es que la única razón por la que todo es mejor, es por que tu estas aquí –Me observó, sonriendo.

Terminamos de comer y salimos a caminar agarrados de la mano de nuevo todo estaba bien hasta que le arroje un poco de agua a Sebastian en la cara y el para vengarse me tiro al agua
Después de eso parecíamos dos niños jugando felices lo agarre y también lo arroje estábamos divirtiendo nos tanto que por un momento iba a decirle que lo amaba y que lo había perdonado pero no lo haré tengo que ser valiente y  Sebastian tiene que demostrar me su amor aunque era obvio que el estaba luchando demostrarlo y ya lo había logrado.

Salimos del lugar llenos de arena y mojados de pies a cabeza ya era un poco tarde ya iba a caer el atardecer así que salimos de ahí y nos sentamos en un pequeño parque a esperar ver la puesta del sol juntos, esto era tan romántico y no pudo ser mejor Sebastian se acerco lentamente y nos besamos de nuevo un beso tierno y apasionado no puedo describirlo.

– Tenemos que irnos ya oscureció –hable para cambiar de tema.

– Esta bien vamos a buscar algo con que cambiarnos

Caminábamos a una tienda donde vendían ropa para los visitantes del sitio, la verdad es que había sido un día inolvidable.




Llegamos a mi apartamento. Sebastian iba detrás mio se ofreció en dejarme en la puerta, se acerco para tratar de darme un corto beso en los labios pero  aparte mi rostro para evitarlo.

En verdad, no podía resistir más. El era tan único, solo un día más. Suspire.

" – Te queda un día, Amor"

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