Levanté la mirada y suspire al no ver a Sebastian, fue un gran milagro que por primera vez en mi vida algo bueno me pasara, sin duda en estos momentos estoy mas que agradecida con Dios, porque obviamente no quería quedar en ridículo era lo que menos quería en ese momento- Hola -habló Mariana. Voltee la cara sinceramente creo que nos están viendo como bicho raro, y que dos de tres de tus ídolos te miren así, no es bueno, y además es incómodo
- Hola -saludó Mario
- Yo -empezó Mariana- Digo Nosotras queríamos preguntarles -se aclaro la garganta- Si nos podíamos tomar una foto con ustedes
- Claro -Sonrió Villalobos
- Vamos -me jaló Mariana
Sin duda alguna mi brazo ya tiene una gran marca, ya que Mariana jala como una loca, hay veces pienso que es normal pero luego la miro hacer alguna tontería y se me pasa
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Después de tomarnos las fotos con ellos, me sentí bien y mal, pero mas que nada Incomoda, como no sentirse incomoda cuando con tu loca amiga los has seguido hasta debajo de las piedras, sin duda eso si es acosar, eso suena feo
- Gracias -Sonreí
- No hay de que -habló Mario
- Las conocemos de algún lado?
-preguntó Villalobos- No -negué
- Ya se -sonrió Mario- Ustedes son las niñas exploradoras que nos venden galleta mensualmente
Mariana y yo nos miramos, osea enserio nos ven cara de niñas, tenemos 16, porque ellos son mayores no quiere decir que nos miren así... ¿Verdad?
- No, Mario -le pego Villalobos en la cabeza- Son las que venden empanadas en la vuelta del edificio
Mariana y yo nos volvimos a mirar,
"Es enserio?" Pensé molesta.
Mire a Mariana literalmente estaba echando humo, porque no seria lindo que tus Ídolos piensen eso de ti, totalmente no lo es- No -negó Mario- Ya se de donde -nos miro raro- Ustedes -nos señalo- Son las que se nos tiraron encima el día de la convivencia en México
- Cierto -mencionó Villalobos
