Harry, un abogado e investigador privado con una agenda que no le permite ver más allá de sus dos pequeñas hijas de 4 y 7 años.
Louis, un jóven nuevo en la ciudad recién graduado de la universidad. Nuevo profesor de preescolar en el colegio de las h...
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Unos días después del parto, el pequeño Sean estaba por fin en casa. Gemma estaba teniendo una recuperación lenta, el hermoso bebé iluminaba su mundo cada día. Tenía unos grandes y expresivos ojos marrones, un quebrado cabello castaño y la piel más tersa y suave que la chica hubiese podido sentir. Recostada en la cama con el pequeño a un lado, en un mameluco azul enredado en un edredón que Tío Harry le había regalado. Gemma se encargaba de que siempre estuviera protegido del frío de la ciudad. Con Mía y Beth completamente enamoradas de él, cuidándolo y acariciándolo todo el tiempo. Louis sentado en un extremo de la cama haciendo apuntes en una libreta y con la portátil frente a él. '¿Qué se necesita para una boda?' Era lo que estaba en el buscador. "¿Qué se necesita para una boda Gemma?" Preguntó el cobrizo a la recién madre, quien estaba acariciando la nariz del bebé.
"Pues los novios." Levantó su vista para encontrarse con un malhumorado Louis viéndola. "Ya Louis, por favor. Lo más importante está listo, las reservaciones de hotel para los invitados, la renta del lugar, sillas, mesas. Deja de preocuparte, más aparte aún hay tiempo para darnos cuenta si se nos ha pasado algo." El cobrizo bajó la libreta y le sonrió.
"En verdad quiero que todo salga bien, esto es más de lo que siempre soñé Gemma." Sonrió tomando un gran suspiro causándole una gran sonrisa a la chica. Ella asintió y tomó al pequeño Sean en sus brazos ya que había empezado a llorar. Mía y Beth guardaban silencio en uno de los sillones jugando con Coco.
"Verás que todo saldrá bien, no hay de qué preocuparse... solo una cosa." Louis le frunció el ceño confundido, susurrando un pequeño '¿Qué?'. Gemma comenzó a arrullar al bebé. "¿Dónde será su luna de miel?" Louis bajó la mirada y su sonrojo fue imposible de ocultar. La hermana Styles rió. "Vamos, deja de avergonzarte conmigo." El menor sonrió y la miró.
"No sé si vaya a haber tiempo, Harry tiene mucho trabajo en la oficina... pero..." Continuó antes de que su cuñada lo pudiese interrumpir. "No es necesario viajar para que él y yo tengamos una noche especial... él siempre encuentra la manera ¿Sabes?" Ella hecho su cabeza para atrás en risa.
"Sí, siempre encuentra la manera de hacer que no te puedas sentar." Rodó los ojos divertido.
"Sabes a lo que me refiero Gemz." Asintió dándole la razón.
"Lo sé Louis, pero aun así es importante que se tomen un tiempo. Ya sabes, sin las niñas... nunca es cómodo tener sexo con niños en casa." Louis se levantó de la cama y la rodeó para pararse frente a ella.
"Por eso siempre están con mi madre o contigo..." Gemma hizo una mueca fingida de asombro.
"Vaya, ya entiendo porque las niñas vienen todos los fines de semana." Louis se encogió de hombros incomodo pero recobró su postura en un instante.
"Sí claro, hay mucha oportunidad los fines de semana porque yo estoy aquí y Harry trabajando." El sarcasmo era notorio en su voz, estas pláticas eran extrañas pero la chica le brindaba mucha confianza.
