En mí

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Narra Guido

"Calma,
no habrá nadie 
que deshaga 
más mi carne 

Y te apareces otra vez 
En mí 
En mí 

Sabrás dislocarme
Cuando todo 
sea amable 

Y te apareces otra vez 
en mi"  Marilina Bertoldi- En mí

Tenía frío. Solamente una sábana blanca me cubría. Moví un poco los pies y sentí el ruido de algo caerse, seguramente un libro o alguna carpeta.
Yo seré un despistado terrible, pero siempre tengo ordenadas mis cosas.
Frente a la cama se encontraba una ventana, y desde ahí pude ver el cielo, gris.
Me senté. ¿Dónde está Lula? ¿Y mi ropa?
Una de mis dudas se resolvió cuando vi entrar a la habitación, a Lucía con dos tazas, vestida con mi remera y descalza.
-Buen día rubio.
Antes de hablar, me aclaré la garganta.
-Buen...-tosí- día.
-Uy, sos un viejito- me cargaba mientras se sentaba a mi lado-, ya ni salir de joda soportas- rió-. Toma- me ofreció café. Le sonreí.
Se me partía la cabeza y seguía con sueño, así que tomé un poco y volví a acostarme, boca arriba sobre el colchón.
De fondo se escuchaba Oasis.
-Cambia de canción.
Let there be love...
-Ay pero me gusta, ¿a vos no?
-Cambiala-me daba pena tratarla mal, su voz era dulce y me trataba bien. Es difícil ser amable cuando tenés el corazón roto.
Esa noche, en la playa. Fin de año...
Ese día desperté como hoy, desnudo y acompañado. Contento.
Lu se levantó y caminó fuera de la pieza.
Me acuerdo la emoción que tenía cuando agarré la guitarra y nos fuimos a la playa, solos.
"Dejate querer por completo,sin miedos ni complejos.Si supieras todo lo que siento por vos y lo que provocas en mi,te juro que jamás pararíamos de besarnos." le había dicho cuando terminé de cantar.
Esa noche, cuando el reloj marcó las doce, nos prometimos muchos más años juntos.
Magalí... ¿Qué será de su vida?
La última vez que hablamos casi ni me la acuerdo.
Pero siempre aparecía en mí.

-¿Ya estamos bien?
Volvi a sonreírle, e hice un gesto con la mano para indicarle que se acueste conmigo. De a poco se me cerraban los ojos.
Se acurrucó y la abracé.
Nos fuimos perdiendo en sueños, hasta quedar los dos dormidos.

Lloraba, sin consuelo, sentada en el piso.
-¿Por qué?- su voz, parecía herida. Llevaba puesto un vestido blanco, sucio. Los ojos rojos y la boca pintada de violeta. Tenía las manos juntas, y apoyadas en el pecho- Pensaba que eras distinto, ella es mi amiga igual que lo era Meggan. Traidor.
Era expectador y protagonista. Me vi, parado frente a ella, mirandola, sorprendido. Con el cuerpo teñido de púrpura.
-¿Ya te habías olvidado de mí, no? - preguntó con un tono frívolo. Largó una risita y se levantó de su lugar - Despertate, se hace tarde- cantó.

Todo mi cuerpo se sacudió.
El corazón me latía, muy fuerte.
-¡El timbre, Guido, está Agustina!- Lula intentaba despertarme- Tenés que esconderte, anda al garaje, ¡rápido!
Empezó a tirarme mi ropa para que me vistiera en el camino.
-¡Ya va!- gritó.
La tarea era la más difícil de toda mi vida: no tropezar, caminar fuera de la casa y vestirme a la vez.
Llegué al garaje agitado, creí que iba a desmayarme o vomitar, pero me contuve.
Busqué un lugar para esconderme.
-Sh, gatito lindo, sh- susurré.
"Malhumor", la mascota de Lula, amenazaba con maullar advirtiendo mi presencia.
Si Agustina lo escuchaba, vendría. Ella lo adoraba, en realidad adora todos los gatos. Incluso a mí.
Detrás del lavarropas, había un espacio escondido entre ropa y una puerta de madera suelta.
De alguna extraña manera me metí por ahí.
Permanecí quieto. Desde mi lugar podía ver la ventana de la cocina y a las dos chicas hablar.
Agustina, con su pelo largo y lacio, su boca gruesa hecha una sonrisa, escuchaba atenta a Lula.
El polvo me hacía cosquillas en la nariz.
Mierda, no puedo ahora, ¡NO!...
Estornudé, moviendo la cabeza hacia adelante, y dejando que se me venga encima la puerta, y de paso, alguna que otra remera que esperaba ser lavada.
La morocha miró hacia acá y se acercó.
Lule intentaba hacer que se quedara en la cocina, pero si algo la caracterizaba era su terquedad y falta de miedo.
-¿Hay alguien ahí?
-¡Seguro es Malhu, no sigas!
-No sonaba como un gato- siguió caminando, con los brazos cruzados sobre el pecho.
Cuando me vió, su cara se transformó totalmente.
-¿Qué hace él acá? ¿Vos sabías? - le preguntó a Lucía- ¿Guido? ¿Qué haces acá?
Agarró la madera y la corrió para que pueda salir.
-No quería que lo vieras- contestó la colorada-, es que, ustedes hace poco tuvieron un problemita y capaz no te gustaba verlo hoy...
-¿Y entonces lo escondiste en tu garaje? ¿No era más fácil que nos encontráramos en la puerta? Nos saludábamos y listo. Me estás mintiendo, nena.- me miró- ¿Vos no vas a decir nada?
Negué con la cabeza, y me sentí estupido.
Lo notó. Lu seguía con mi remera y yo estaba en cuero.
Abrió la boca.
-¿Ustedes en qué andan?

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Buenassss

Comenten:
-¿Como reaccionarían siendo Agustina?
-¿Qué creen que va a pasar más adelante? 😏😏😏
Gracias por leer!!
Felices Pascuas, si son creyentes y sino, ¡disfruten el finde largo!

Algo Personal #2:Por Mil NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora