Prólogo

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"Una delicada brisa acaricia cada rincón del bosque, puedo notar como un montón de hojas comienzan a danzar mientras las demás permanecen en el frío suelo rodeadas por el rocío del cristal, el cielo de tonos grisáceos provoca un ambiente un tanto sombrío, los arboles entrelazan sus brazos formando un camino que es atravesado por aquellos rieles antiguos y gastados que aparentemente yacían abandonados de algún tiempo atrás.

Voy desolada caminando por mis tristes recuerdos, todo a mi alrededor hace que mi memoria me juegue una mala pasada, el rencor y la rabia me destruyen por dentro, pero soy fuerte y prosigo.

Me sentía incomoda, alguien me estaba observando en ese tenebroso lugar, empiezo a buscar al responsable y es ahí cuando me percato de una pequeña silueta a pocos pasos de mi.

"¿Quien eres?"

La curiosidad me gana, trato dar un paso hacia esa extraña figura pero me es imposible algo esta impidiendo que me acerque, una sinfonía de voces aparece de la nada y un dolor agudo me hace gritar, agarro mi cabeza con la intención de calmar mi agonía pero no resulta.

"!Largo!"

El ambiente se torna pesado, las voces se detienen en seco, algo me roza rápidamente, pienso que el miedo me esta consumiendo, pero no es así, un escalofrío recorre mi piel, y en ese instante una pequeña voz me susurra al oído.

"No me olvides, adiós."

El rostro se me desmorona, mi corazón se detiene de golpe, respirar se vuelve difícil, las piernas me comienzan a temblar, intento estabilizarme pero me es imposible y caigo, me aprieto el pecho pensando que el dolor se iría, me equivoco, un nudo en la garganta y una pequeña lágrima recorre mi mejilla.

"No puede ser."

El llanto no cesa, todo lo que guardo de años de un momento a otro queda a la vista, es imposible lo que esta pasando, pero creo que comenzar a cuestionarme ahora seria ilógico.

Un ruido proveniente del interminable camino hace que me sobresalte, al mirar me doy cuenta de que todo comenzaba a derrumbarse, intento pararme pero mi cuerpo se congela, mientras mas lucho mas pierdo el rumbo y me rindo, solo me quedaba esperar la caída, cierro mis ojos y cuando el miedo se apodero completamente de mi algo me impulsa hacia un lado con tanta fuerza que pierdo el conocimiento pero no fue por un largo rato, busco a la persona que me ayuda, pero se esta marchando.

"No te vayas."

Se detiene en seco, hace una pausa y da la vuelta, distingo como sus ojos se posan en mi, rápidamente camina al lugar donde me dejo pero algo cambia en el, esa neblina blanca que lograba ver ahora se torna oscura y su caminar se vuelve defensivo.

"Tengo miedo."

Con las pocas fuerzas que me quedan trato pararme, me dispongo a correr pero lo tengo a poca distancia de mi, la desesperación recorre mi cuerpo, me paro con la ultima fuerza que me queda, pero de inmediato siento como me toma bruscamente y gira quedando a centímetros de su cara, su respiración se vuelve agitada, no le distingo el rostro, me va a decir algo pero...

"¡Noo!"

El brillante rayo de sol que entraba por la ventana deja entrever las azules paredes de mi pieza y en ese momento había pasado lo que más odiaba...

Había despertado..."

Prohibido decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora