"Encuentros"
- ¡Hey! -una profunda voz masculina murmuraba.
- ¿Eh?, ¿Quién eres?, ¿Dónde estoy? -formule un tanto confundida, no lograba ver nada.
- ¿Ni siquiera un hola?, pero que modales niña -dijo divertido enfatizando la palabra "niña".
- Primero, no soy una niña, ser extraño que habla y segundo, ¡Me importan un carajo los modales! ¿Quién eres? y, ¿qué quieres? -dije algo molesta con esta vocecita.
- Oh, pero que carácter muchacha -bufó-. ¿Qué?, ¿acaso me temes?
- ¿Qué? ¿yo?, pfff.... pero si el que se esta escondiendo eres tú -miré incrédula a donde se supone que debía estar.
- Buen punto -sonreí triunfante.
- Ya, ahora responde -insistí nuevamente.
- Pues, averígualo -dijo, mientras una pequeña carcajada hacia eco en el lugar y se alejaba.
- Per... ¿Cómo? ¡Hey! -mi respiración se hizo aun mas agitada, el silencio sepulcral me asustaba más, estaba completamente asustada-. ¡Vuelve!
- Emilie, ¡Mi niña despierta! -sentí como me sostenían de los hombros y me mecían con fuerza, abrí los ojos como platos.
- Solo un tonto y horrible sueño -pensé-. Okey, okey, abue, estoy bien, deja de moverme que me mataras.
- Ay dios santo señor Jesús, Emilie cariño me asustaste -decía Antonella acurrucándome fuertemente contra su pecho-. Solo fue un mal sueño.
- Lo siento -dije tratando de calmarla un poco.
Antonella me miraba analizando mi cara hasta que lo dijo.
- ¿Con quién soñabas? -susurro en un tono pícaro.
Me limpie un poco el sudor de la frente con la manga del pijama-polerón y comencé a mirar a todos lados dándome cuenta que estaba oscuro todavía - ¿Y, ahora me entero? - estire rápidamente mi mano a ese pequeño mueble lleno de cosas que estaba a solo unos centímetros de mi cama - lámpara, mp3, audífonos, basura, lámpara de nuevo, teléfono ¡bingo!
Lo encendí y su luz incandescente me dejo viendo lucecitas de colores solo por un momento.
"4:42 A.m."
- No puede ser... -reclame.
- Emilie -en ese preciso momento me acorde de la presencia de mi queridísima abuela.
- ¿Ah? -exclame.
- No me respondiste -dijo un tanto curiosa.
Hum, el sueño -pensé -. Que tal si era una señal ¡Oh!, pfff..., no creo que en el futuro hable con vocecitas en un cuarto oscuro, dáh.
- Nada -sonreí estúpidamente-. Ahora abuela mueve tu trasero arrugado que quiero dormir.
Mi abuela río un rato y se paro de mi cama a pesar de todo siempre aguanta mi tonterías.
- Buenas noches -dije un poco avergonzada.
Adiós cariño.
El sonido del maldito teléfono me despertó.
"brr, brr, brr"
- ¿Qué? -conteste.
- ¿Estas son horas de levantarse? -dijo con tono autoritario-. Oh dios... Lie, llegaras tarde otra vez.
- Pues si -dije adormilada todavía-. 5 minutitos más.
- ¡Lie, levanta tu dignidad de esa cama, dúchate y desayuna que me congelo acá fuera! -colgó.
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Prohibido decir adiós
RomanceEmilie, con 17 años ha tenido complicadas situaciones en su vida que la volvieron fría y con un carácter fuerte, no cree en el amor y menos en el destino. Qué sucederá cuando se encuentre con Danniel, el chico terco y arrogante también con un caráct...