Capítulo 8

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“Curiosidad”

Ni rastro del tipo que me que traía hecha un enredo mi mente, no sé como pero me sentía una real estúpida, su aliento que golpeaba mi cara, su aroma a mujeriego, su cara cuando pensó que lo besaría –no, eso fue gracioso- pero agh.

 ¡SALE DE AHÍ!

 Nath golpeó mi hombro en el mejor momento.

 -¿Qué? –dije asustada. Su cara de espanto ni me la recuerden.

 -Mira –apunto.

 -No… no, no, no, ¡no! –grite en mi interior.

 Este tipo no se dejaba de aparecer ni por un solo segundo en mi camino.

 Exactamente lo que acaba de suceder.

 Ya habíamos salido de clases con Nath y nos dirigíamos a nuestros respectivos hogares, pero como el destino esta en contra de mi, en frente apoyado en su motocicleta como un verdadero chico matador estaba él.

 Danniel Densmark.

 Lleva con él una chaqueta de cuero café, zapatillas convers, unas gafas puestas sin dejar de lado al terrible vicio que atrapa entre sus dedos. Cigarro. No es que tenga miedo de aparecer en la nada y pasar por su lado, digo es algo extraño hacer como si nada pasara, puesto que casi nos besamos.

Aún tengo el pequeño recuerdo de su aliento chocando el mío, también agregando el grado de adrenalina que se alineo junto con los rápido latidos. Pero como lo dije solo adrenalina. Creo que se molestará al verme, pero ¿Qué hace aquí? digo, no creo que se encuentre retomando clases o algo así, pero tampoco tengo el descaro de pararme frente a él y preguntarle. Las razones son fáciles; no me importa.

  -¿Qué vas a hacer? -oí la voz de mi querida amiga, recordando que estoy en tierra-. Solo pasamos, ¿verdad?

 Mire a mi anfitriona, ella sabía exactamente con lujo y detalles, era obvio después de ver mi cara de burla, tan solo no lo podía ocultar. No podré olvidar los ojos de ella cuando le dije lo de nuestro íntimo roce y las carcajadas que llenaron la vacía casa. Dios si nos pasamos toda la tarde entera hablando de lo sucedido. Bien, ella tiene claro que no será solo cuestión de ignorarlo.

Pero vale el intento ¿no?

 Mire a Nath por un momento y solo logre asentir. Tenía un poco de esperanza de que no me viera, me puse al lado izquierdo de Nath y comencé a mirar hacia el instituto, pero ¡que va! si este día no podía ser peor. Sentí un fuerte apretón en el brazo derecho y no sé como pero me hizo girar rápido. Su cara llevaba una estúpida sonrisa de lado a lado.

 -Podrías poner un poco más de empeño en ocultarte –rió.

 ¿Qué?, no se le ve nada enojado, será verdad, o es un maldito actor.

 -¿Deseas algo?, porqué voy un poco apurada si no te importa –comencé a tirar de mi brazo para soltarme de su agarre pero no resulto.

 No sé en que sentido tomo mis palabras pero por lo visto algo cambio en su actitud. Se quito las gafas oscuras y las dejo colgadas en la chaqueta sobre el pecho.

 -No te hagas la desentendida cariño –sonrió.

 -Oh, verdad, ¿cómo están tus pantalones? –lo mire desafiante-. ¿Mojados?, por que no creo que con lo de ayer se hayan secado tan luego –reí.

 -No más mojados de lo que has quedado tú, o no le recuerdas –se acerco hacia mi. Sentí la risita de Nath y la mire enojada.

 ¿Quién se cree que es?

Prohibido decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora