Capítulo 11

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Todo se encontraba oscuro, sin sentido. Lo que me había pasado, lo que esos hijos de puta me hicieron, no se lo desearía ni a mi peor enemigo.
Me sentía sucia, vacía, cansada.
Caminaba a unas cuadras del edificio de mi departamento, mojada, arrastrando mi pie, muerta de frío. Solo podía pensar donde estará Brandon.
Lo necesitaba.
Llegué a mi departamento a las 11pm.
-Señorita Jones, que le sucedió. Se encuentra bien?- preguntó el portero. Pero no le contesté.
No me encontraba bien.
No sabía que había hecho yo para merecer esto.

Subí al ascensor y esperé que me llevara a mi piso.
Respiré ondo y esas imágenes volvieron a mi mente. La imagen de esos hombres sacándome mi ropa.
Estaba toda sucia y con mi ropa rota.
Salí del elevador y caminé hasta mi puerta.
Pero antes de llegar, pasó lo que jamas esperé. Brandon salía riendo con una mujer de la puerta al lado de la mía.
Nos miramos.
Él me miro asombrado, hasta diría con lastima. No pude contenerme y empezé a llorar.

-nena. Que pasó nena?- dijo preocupado al verme.

No le respondí.. Caminé hacia mi puerta y entre.
Estaba desbastada.

-Abie Respóndeme, que carajos fue lo que paso?- dijo - nena, que paso? Cuentame.- dijo y me abrazó.
-no me toques- dije y me dirigí al baño.

No podía creer lo que pasaba, no podía creer lo que él me había hecho.

-nena, que pasa?-dijo con sus ojos brillando. -porque estas enojada?-dijo entrando atrás de mi.

Esto ya era suficiente, ya no podía más. Me sentía realmente mal.

Quité toda mi ropa sin importarme que Brandon estuviera ahí.

-Abie ya es suficiente dime que paso.-grito Brandon.

-DEJAME TRANQUILA, NO VES QUE NO QUIERO QUE ESTES AQUÍ. VETE.-dije sacándolo del baño.-vete, vete VETEE

Entre en la ducha y me resbale hasta el piso llorando.
Lave lo mas que pude todo mi cuerpo. Mi mejilla estaba morada y tenía varios rasguños en mi cuerpo.

Algo en mi se había roto.

Salí de la ducha totalmente decidida a terminar con esto.
Ya era mucho con lo que liderar y mi cabeza ya no daba para más.
Con mis manos temblorosas, tome mi frasco de pastillas para dormir y las heché todas en mi mano.
Ya era hora de terminar con toda esta locura, ya no mas fantasmas del pasado. Ya no mas dolor ni sufrimiento. Ahora si iba a volver a ver a mis padres.
Metí las pastillas en mi boca, hecha un mar de llanto.

De repente la puerta se abrió y Brandon entró y vio el frasco de pastillas en el piso.
Y ahí fue cuando me di cuenta de que no podía hacerlo. No con él en mi vida.

-nena por dios. Que estas haciendo, escupe eso.- dijo sacando las pastillas de mi boca y abrazándome.

Sabia que era una idiota por estar aquí con él pero necesitaba sentir su abrazo.

Brandon me llevo a la cama y me tapó.

-nena, estas volando de fiebre.-dijo tocando mi frente.-voy a buscarte algo para comer y llamar a un doctor.

Pero ni mil doctores podrían curar este mal que yo tenia.
Esos desgraciados si, se habian llevado mi celular, mi ordenador y otras cosas materiales. Pero se llevaron con ellos algo mucho mas importante, mi alma.

Recuerdo cuando era niña y mis padres estaban vivos. Pasábamos horas con ellos jugando a que yo era una princesa y ellos mis bufones.
Mi padre, él era mi príncipe azul favorito. Amaba como venía a cubrirme por las noches y a darme su beso de buenas noches.
Y mi madre, ella era mi ejemplo a seguir, mi orgullo. De niña siempre soñé ser como ella.
Los viernes eran nuestro día de chicas, desde que tengo conciencia hasta el día de su muerte. Ella era hermosa.
Los extraño tanto. Hoy mas que nunca necesito que estén conmigo.

No se cuanto tiempo estuve dormida, se que Brandon me despertó varias veces y quiso darme de comer pero yo no quise.

Ahora me encontraba con el doctor que Brandon trajo.

-y doctor? Como esta? Por que esta así, con todos esos moretones y con la mirada perdida?- dijo Brandon preocupado.
-Dr.Abie, le sucedió algo cuando salió? Alguien le hizo daño? Puede confiar en nosotros.-dijo.

No hubo respuesta. Era como si solo escuchara sus voces.

-que quiere decir con que alguien podría haberle hecho daño?-gruño Brandon.
-por su manera de actuar, yo dirá que...
-que, que? Hable por dios.
-yo creo que se encuentra en shock y se debería a una violación. Claro que debería hacerle algunos estudios para comprobarlo pero no podemos hacerlos sin su consentimiento.
-no, no. NOOO!!! A Abie no, voy a matar al hijo de puta que le hizo esto a mi Abie.- dijo golpeando fuerte la pared.
-señor Miller tranquilizece, esto es solo una teoria. Pero lo que si puedo afirmarle, es que la Dr. Jones, entro en un estado de depresión y lo va a necesitar mas que nunca. En cuanto tenga tiempo, le pediría que pase por la clínica con la señorita para que hagamos los estudios adecuados. Con permiso.-y se fue

Brandon se quedo ahí, mirando mi cuerpo débil, luchando contra lágrimas que salían de sus ojos.
De pronto la puerta se cerro, Brandon también se había ido.

Nadie lo entendía, nadie me entendía. Me sentía mal, quería estar sola en mi cama sin tener que ser la señorita perfecta para todo el mundo tan solo por unas horas.
Y lo único que hacia, era ver como mi mundo se evaporaba.

Sexo amor y un robot sin sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora