Bang! |A.G|

00

La música estaba fuerte, la gente gritaba, bailaba y hacía demases cosas que no me interesaban en lo absoluto.

Yo sólo vine porque Taylor insistió que necesitaba despejarme cuándo era ella la que necesitaba hacerlo. Pero tenía razón.

Los últimos cuatro meses fueron una odisea, no salí de mi cama excepto para ducharme, y Austin me tenía que llevar a rastras. De mi mente no salían sus ojos, labios, e incluso su cabello. Era un asco sentir dependencia de alguien que sólo te usó para un puto fin de famosos. ¿Pero que podía hacer? ¿Encerrarme y llorar por qué una estúpida heterosexual me había roto el corazón? No, gracias. Prefiero ser una chica infeliz y falsa, que infeliz y honesta dando lástima.

Aunque la otra cara de la moneda, hasta ahora, sólo la estaba viendo Taylor.

-¿Cómo vas con lo de Ariana? –preguntó en mi oído, la música retumbaba por lo cual necesitábamos hablar de esta extraña forma. Me encogí de hombros y tomé un sorbo de lo que sea que el barman haya servido en la copa que sostenían mis manos. –He oído que está en algo con un ex. –asentí.

-No me interesa. –sonreí, ella rodó los ojos y besó mi mejilla para luego irse a coquetear, luego pregunta porque le rompen el corazón tan fácilmente.

-Pero si tenemos a ___ Holmes. –alcé una ceja y me di vuelta hacia Dinah que sonreía emocionada. -¡Hola, beb...!-no la dejé terminar.

-Lo siento, Hansen, no hablo con traidoras. –le guiñé el ojo y me alejé.

Últimamente era así con todos aquellos que me ocultaron la verdad, en mi puta cara.

Tenía un tipo de resentimiento crónico.

-Hey. –susurré en el oído de una chica, tenía el cabello corto y casi la confundí con un chico. -¿Cuál es tú nombre, linda? –

-Ruby Rose, déjame adivinar ___ Holmes. –reí.

-Me saliste adivinadora. ¿Bailamos? –

Luego de que mis pies dolieran y que Ruby no se cansara de sacarme más de una risa, decidí que era hora de buscar a Taylor y largarnos de este lugar.

¿Adivinen?

No la encontré por ningún lugar.

Baño, pista de baile, mesas, barra, ¡Hasta en el jodido patio!

¡Pero no, Swift no estaba por ningún lado!

Finalmente, y con mucho odio para mi rubia amiga, regresé a dentro con el móvil en el oído dejándole mensajes a Gigi para que la busque si es que está aún aquí.

Cuando terminé el mensaje número... ¿Podrá ser trecientos noventa y siete? Sí, creo que sí.

Cuando lo envié me encontré a Ruby sentada en uno de los taburetes mirándome fijamente, me acerqué y desacomodé mi cabello.

-Eh, bonita, ¿No sabes que la carroza se vuelve calabaza a las doce? Ya son las cuatro. –señalé mi reloj, ella río y negó.

-Eh, bonita. –repitió. –Que yo estoy esperando que Ceniciente se digne a parar de dejarle mensajes a su novia. –alcé una ceja.

¿Se lo imaginan? ¿Gigi y yo juntas? ¡No, ni lo piensen!

-No es mi novia. –rompí en risas. –Es que mi mejor amiga se perdió y le dije que la busque ya que me voy. –río cortamente y remojó sus labios.

-¿Quieres que te acompañe? Digo, ya que mi carroza se convirtió en calabaza. –

-Has lo que te apetezca. –le guiñé el ojo y me alejé de ella.

Comencé a caminar y al poco tiempo sentí su brazo rodear mis hombros, sonreí de lado y negué levemente.

Ruby fue en su coche detrás del mío y cuando llegamos ambas nos bajamos de estos. Cómo cambió todo, estaba actualmente en Los Ángeles y mi casa de Londres dudo mucho que aún siga de la misma manera que la deje, digo, con la mitad de mis recuerdos con Ariana. Joder, otra vez piensas en ella, Holmes.

Le hice una seña a Ruby y entramos a la casa, encendí la luz y dejé mi bolso y tacones de lado. Ella no hizo ninguna de las dos ya que no llevaba tacones ni bolso. Nos acercamos a la cocina y la miré.

-¿Quieres algo de tomar? –negó. -¿Algo de comer? –hizo una mueca y se acercó a mí.

-Ahora mismo sólo quiero comer a la ex novia de Ariana Grande. –susurró contra mis labios. –Con un toque de Ruby Rose en ella. –río lentamente y sonreí.

-Pues... El menú de día se acabó. –coloqué una mano en su hombro para alejarla. –Pero si quieres conocerme un poco más, quizás prepare más de ese plato que tanto le gustaría probar, señorita Rose. –río y besó mi mejilla.

-Definitivamente, eres diferente. –

Si supiera cuanta razón en ese justo momento tenía. Ruby Rose no se habría metido conmigo.

Ni en un millón de años.

Volví hermosas de mi vida. Estoy hiper-emocionada con esta temporada y espero que les guste el comienzo. Las amo.

¡Yo soy Nyu!

Corto y cierro.