Amor de verano (yuri)

Lo que pasó

Abrí los ojos, y todo estaba oscuro.

No se veía nada más que una luz a lo lejos.

Me levanté del suelo, y me acerqué a la luz, la cual se agrandó de repente.

Me encontraba ahora en una estancia demasiado iluminada, tanto, que no se distinguía dónde terminaba.

Tras mirar a mi alrededor, vi una figura a lo lejos. Me acerqué a ella.

Era una chica rubia, estaba de espaldas a mí.

Justo se dio la vuelta y me miró a los ojos.

La reconocí al momento:

Era Sofy.

Me sonrió con esa sonrisa tan linda que tenía y que, años atrás, había conseguido enamorar a la ilusa e inocente niña que era yo por aquel entonces.

- ¡Lily, cuánto tiempo sin verte! Deja que te salude con un beso - dijo.

De repente su expresión cambió; más que una sonrisa dulce, ahora Sofy sonreía de una forma maligna y malvada.

Me asusté e intenté retroceder.

Ella se acercaba y reía.

-¡no me toques, me engañaste!- grité.

Ella rió aún más.

-Aquella chica valía mucho más de lo que tú valdrás jamás- dijo, mirándome con maligna diversión.

Se acercaba cada vez más a mí.

Grité...

** ** ** ** ** ** ** ** ** ** Noté que alguien me zarandeaba con violencia.

- ¡Lily, Lily, despierta!- decía una voz conocida.

Por fin, abrí los ojos y vi a Jenny, la cual me miraba preocupada.

Paró de zarandearme en cuanto vio que me había despertado.

La miré confundida, mientras me incorporaba y me frotaba la frente.

-¿Qué estabas soñando? No parabas de gritar- dijo Jenny, aún con tono preocupado.

Traté de sonreirla conciliadora.

- Tranquila, no es nada. Volvamos a dormir - dije.

Iba a tumbarme de nuevo, pero ella me agarró del brazo y negó con la cabeza.

- No parabas de repetir el nombre de una chica. - dijo.

Yo no supe qué decir, y sólo agaché la cabeza.

Pero ella me miraba con convicción.

- Puedes confiar en mí. Por favor, cuéntamelo - insistió.

Suspiré.

- No quiero hablar de eso...- murmuré, incómoda.

Jenny me acarició la mejilla y, tomándome de la barbilla, levantó mi cabeza suavemente.

Cuando nuestras miradas se cruzaron de nuevo, no hizo falta que dijera algo para darme a entender que me daba todo su apoyo y que podía contarla lo que fuera.

No fui capaz de soportar una mirada tan sincera y pura, sentía que no la merecía.

Volví a suspirar.

- No creo que te sientas mejor por saberlo... pero en fin, te lo contaré - murmuré finalmente.

Jenny no dijo nada, y en ningún momento apartó su manos de mi brazo y de mi barbilla. Yo agaché la cabeza de nuevo.