La verdad

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Desde aquel beso que me di con Mangel, sentí que lo quería tener para mí, seguir sintiendo sus labios junto a los míos, sentir el sabor de sus labios, que ya había olvidado.

Me encontraba en mi habitación, jugando un videojuego que molaba mucho, debo admitir. En ese momento recibo una llamaba, era Mangel, me estaba poniendo nervioso, decidí contestar.

-Mangel, tío que pasa.- No entiendo por qué, pero mi corazón empezó a latir como si no hubiera un mañana.

-Rubius, te parece si vamos a cenar.- Sentí mi corazón parar al escuchar la voz de Mangel, por qué él me ponía así?

-Vale, buena idea, pero por qué no cenamos aquí, en mi departamento, te parece?.- Joder, por qué dije eso.

-No creo que sea buena idea si tú cocinas.- Mangel empezó a reír, no pude evitar sentirme algo, raro?.- Pero está bien, te veo ahí en cinco.-

-Vale te espero tío, pediré pizza, así que no te preocupes.- Mangel soltó una pequeña risita que me puso la piel de gallina. Luego de decirme que estaba bien que pidiera pizza, colgó.

Mangel no tardaría en llegar, llame a la pizzería y ordené la pizza, con los ingredientes que a él  y a mi nos gustan.

Bien, ya estaba hecho lo de pedir pizza, ahora solo faltaba ordenar un poco, así me dispuse a ordenar mi departamento. Ordené la sala, ordené mi habitación, mi habitación? Mangel no vendrá a hacer una pijamada, solo a cenar, me dije a mi mismo. Pero bueno, hay que mantener limpio todo el lugar.

El sonido del timbre me espanto, me temblaba el cuerpo, Mangel ya habrá llegado y yo no me arregle. Pero qué digo? Abrí la puerta y me encontré con el repartidor de pizzas, menos mal, me dará tiempo de arreglarme. Tome el dinero del costo de la pizza y se lo entregué el repartidor, este se fue después de cumplir su trabajo.

Coloqué la pizza en la pequeña mesa de la sala, fui a mi habitación, me cambié de camiseta y me acomodé el cabello, mientras hacía aquello sonó nuevamente el timbre, sin duda debía ser Mangel.

Fui a pasos lentos hacia la puerta, estaba muy nervioso, parecía una chica en su primera cita, pero así me siento. Di un gran suspiro y abrí la puerta, para encontrarme con un sonriente Mangel.

-Rubius!- Me dio un abrazo con unas suaves palmaditas en la espalda. Al hacer tal contacto, pude sentir como una chispa recorría por todo mi cuerpo.

-Mangel!, pasa tío.- Me hice a un lado para que pasara.

-Ya llego la pizza.- Dijo mirando la pizza que se encontraba en la pequeña mesa, mientras se sentaba en el sofá.

-Sí, ya quieres comer?.- Se lo pregunte nervioso, espero que él no haya notado mi nerviosismo. Me senté a su lado.

- Qué te pasa Rubius?, te noto extraño.- Mangel me miró preocupado, su mirada me derritió y me hizo sentir especial, se preocupaba por mí.

-No es nada, estoy bien, qué cosa extraña ves en mi.- Lo miré alzando mis brazos.

-Esto...- Mangel se acercó lentamente a mi, me iba a besar!, sin que pudiera decir algo, atrapó mis labios con los suyos, formando un beso que yo correspondía gustoso.

-Me correspondiste el beso.- Me dijo Mangel al separarnos.- Rubius, tú me... me amas?.- Mangel me miró ansioso esperando mi respuesta.

-Mangel, la verdad es que yo sí te amo, te amo Mangel.- Esta vez fui yo en unir nuestros labios, realmente lo necesitaba, necesitaba sentir los labios de Mangel sobre los míos, se sentía tan bien, recordé por fin el sabor de sus labios, un sabor que nunca olvidaría.

Me sentía realmente aliviado, Mangel sabía lo que sentía por él, porque esa era la verdad, y la verdad es que lo amo...

3 años ya, desde aquel beso - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora