¿Era él?

2.6K 194 11
                                    

Domingo.

Día de descanso.

Debería de serlo. Lastimosamente no lo es para mi, ¿porqué? Soy católica y por cosa de familia debo asistir a la iglesia, sigo Confirmación recién el primer año, todos los domingos. ¿Porqué tan temprano? Compasión.

¡Ahhhhhh! Son las 6:36 am. Sábana, abrazame más fuerte.

- ¡JACQUELINE! ¡SAL AHORA DE ESA CAMA! ¡DALE! - Mi mamá entró gritando y estirando mi sábana, yo estiré de ella tambien. No quiero salir de aquí. Dios.

- Mami, por favor, quiero dormir más. ¿Puedo quedarme hoy? ¡Por favor! - Le supliqué con los ojos aún cerrados y estirando todavía mi sábana.

Mi mamá soltó una carcajada.

- Ni en broma, es el último domingo, luego ya vas a estar libre. ¡Dale apurate que se te hace tarde y va a empezar la misa! - Definitivamente ya me quitó mi sábana y la tiró a un lado de mi habitación. Abrí mis ojos como platos... ¡HOY ES EL ÚLTIMO DOMINGO QUE VOY POR ESTE AÑO!

- ¡Cierto! ¡Último domingo! - Grité levantandome y buscando mis jeans - Dios es grande, no tengo nada en contra de ir a la iglesia pero, ¿porqué un domingo y tan temprano? ¿No saben que és mi único día de descanso? Uff, menos mal el último. - No cabo de la felicidad.

- Jacqueline, apurate, a desayunar - Murmura mientras sale. Rápidamente busco una remera negra y luego, me pongo mis championes negros igual. Wow. Parece que voy de luto.
Corro para la cocina y, odio desayunar. No sé porqué, siento que voy a vomitar si meto algún alimento tan temprano en mi boca, mi mamá lo sabe, desde que estaba en segundo grado de primaria, dejé de desayunar. No sé porque siempre vuelve a hacerme el desayuno.
Sostengo mi mochila por mi hombro, y me despido de mamá.

- Hablamos luego.

- Dale. Presta atención. - Ruedo los ojos.

Voy practicamente corriendo, son las 6:52 am. La iglesia está a tres cuadras de mi casa, menos mal. Estoy feliz. Por fin voy a descansar el próximo fin de semana como se debe.
Justo al ingresar a la entrada de la iglesia, el coordinador hace sonar la campana. Llegué a tiempo, fuerza Jacqueline.
Me adentro y veo a mis compañeros todos sentados al fondo, mientras que en el frente estás las personas mayores que nunca faltan los domingos y los de Confirmación de segundo año. Ellos son demasiados, muy grandes (de altura), divertidos y muy unidos. Nosotros los de primero somos pocos, normales, dormilones y muy poco unidos. La diferencia es grande. Me siento junto a mi, por así decirlo, amiga, Rocío en el último banco del fondo. Ella me sonríe.

- Hola, ¿cómo estás? - Me dice adormilada.

- Con ganas de dormir, ¿tú? - Ella se carcajea.

- Igual. - Luego mira al frente porque en el altar ya se encuentra el celebrador, y da inicio a la celebración.








8:40 am.

Esto es increíble, es demasiado. ¡UNA HORA Y CUARENTA MINUTOS UNA CELEBRACIÓN! El celebrador se la pasó hablando demasiado, tratando de ser simpático con los jóvenes, o sea, nosotros, pero nada daba risa. Diooooooos. Encima aún ni dimos clases.

Nos dirigimos a buscar nuestras sillas plegables para llevar a fuera, al patio y dar clases bajo la sombra de un gran árbol de mango, miro a Rocío y sigue con su rostro adormilado,  busco con mi mirada a Larissa otra de mis amigas, y la veo entrando al patio bostezando. Acabó de llegar, que injusto. Los demás, siguen con el rostro adormilado igual.

Esto va a ser largo. Nos sentamos en ronda, oramos y luego empieza una gran charla, lectura de la biblia, análisis de ello, una dinámica, charla otra vez, y luego nuestra despedida. Nuestras catequistas se encuentran muy sensibles, me van a hacer llorar, pero porque quiero irme ya y no terminan sus discursos.
Por fin, nos despedimos con un:

- ¡Hasta el próximo año! - Aplaudimos y luego juntamos nuestras sillas otra vez, todos van corriendo más o menos a meter sus sillas dentro, yo voy casi última, y cuando estoy en frente de la gran puerta doble miro derecho, y veo que todos los de Segundo se encuentran en el medio del lugar, aún dando clases, sentados en ronda también.
Una persona de ellos me llama la atención, me mira fijamente, arrugo mi ceño tratando de localizar de donde me parece conocido. Pelo negro abundante, labios gruesos rojos, se ve como que es muy alto, y lleva una remera de color gris. Nuestras miradas se conectan y, él empieza a ladear su sonrisa en una torcida mientras levanta uno de sus brazos en el respaldo de el banco.
Abro mis ojos muy grande, y no sé que me pasa, pero corro inmediantamente para adentro y coloco la silla en su puesto y sin mirar a nadie salgo velozmente de allí. Voy directo a mi casa, sin parar.
Creo que me veo como una loca. No me importa.

¿Era él?












♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
Tardé en escribir lo sé, pero se me fué la inspiración de una. 😟

POR FAVOR COMENTEN, ME ENCANTAN LOS COMENTARIOS. 💖 Me encanta leerlos. 😻😻😻

Les dejo mis Snapchat: (solangevelazco) por si quieren agregarme, soy una adicta. 😹😽

Espero que hayan tenido una buena semana de reflexión, a mi personalmente me está sirviendo demasiado, la fé que tenía estaba practicamente muerta. 😾

PD: Ya tengo el siguiente capítulo escrito, depende de sus votos y comentarios para subirlo pronto. 😁😙

Besos para todas/os 😽😽😽😽❤

Solange V

Por Ser Gorda (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora