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—¿Crees que la tecnología reemplazará el papel en un futuro?

—No, no me veo limpiándome el culo con un iPhone.

Me acomodé bajo el árbol mientras soltaba un bufido, harta de las estupideces de mi hermano y Hoseok. Hubiera preferido quedarme sola en mi habitación, escuchando música o simplemente leyendo algunas de las revistas que traje de casa para distraerme. Sin embargo, minutos antes sin saber cómo, Seokjin encontró mi dormitorio y me obligó a bajar al campus con él, ignorando mis súplicas por dejarme acabar de ordenar la ropa en el armario. Había tenido la suerte de recibir una habitación individual, al contrario de mi hermano, que la compartía con alguno de sus amigos desde hacía ya dos años.

—¿Me puedo ir ya? —murmuré, suspirando exasperada.
Jin chasqueó la lengua y estampó su mano en mi nuca, negando con la cabeza.

—No seas asocial.

—No soy asocial, pero vuestras conversaciones no son las más coherentes, sinceramente.

—¡Hey! —el alarido agitado de un chico se escuchó a unos metros, llamando nuestra atención. Taehyung venía corriendo y esquivando las piedras de la hierba torpemente, hasta llegar a nosotros con la respiración entrecortada. Dos pequeñas manchas de sudor asomaban graciosamente bajo sus axilas, adornando la camiseta gris. Parecía que llevaba un largo rato corriendo de aquí para allá—. Mihua acaba de decirme que habrá una fiesta de bienvenida esta noche, ¿vamos a ir, verdad?

Hoseok dejó salir una sonrisa brillante y dio un pequeño salto, poniéndose en pie junto con mi hermano; ambos se veían emocionados. En otra época de mi vida, hubiera fruncido el ceño y observado con extrañeza al chico con el que compartía sangre, pues nunca había sido una persona muy fanática de las fiestas. En realidad, nuestra familia era algo tradicional y nuestros padres jamás nos habían permitido hacer mucho, pero tampoco nos habíamos quejado por ello. No obstante, SeokJin ya era todo un adulto y llevaba tiempo viviendo fuera de casa, sin restricciones ni problemas. Ahora parecía una persona nueva, rodeado de amistades y planes que hacer.

—¿Noche de novatadas?

—No, pero sí de apuestas —añadió el de sonrisa cuadrada, alzando los brazos.

Fruncí el ceño al escuchar aquello y alcé la mirada hasta Jin, exigiendo una explicación.
¿Novatadas? Eso no sonaba bien. Esperaba con todas mis fuerzas que jamás se realizasen en mi presencia, rezando por que excluyeran a mi podre alma introvertida. De hecho, había estado viendo videos en YouTube acerca de eso y ninguno era de agrado. Sólo eran alumnos veteranos e idiotas que se dedicaban a joder a los nuevos de primer año, como lo era yo.

Y yo, desde luego, no pensaba pasar por eso.

—Brooke —habló de nuevo Taehyung, sin dejar de sonreir—. Mihua me dijo que estás invitada.

—¿Ya lo conoces? —intervino Seokjin, dedicándome una mirada aturdida y emocionada a la vez.

Rodé los ojos.

—No iré a esa fiesta —mencioné, tratando de ignorar a mi hermano simplemente porque me molestaba su presencia en aquellos momentos.

—Tienes que ir, es de bienvenida.

—No te molestes en insistir.

Jin me conocía demasiado bien como para saber que, si yo tomaba una decisión, nunca la cambiaría. Apoyé ambas manos en el césped y me impulsé hasta estar de pie, sacudiéndome el pantalón bajo las miradas de los tres hombres. Y sin decir una palabra más, me dirigí a mi habitación. Los escuché cotillear entre ellos a medida que me alejaba, adentrándome en el gran módulo de dormitorios femeninos.

Trillizos Park. - btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora