Capítulo 2

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Al abrir la puerta noto que el rostro de Chris estaba un tanto nervioso y algo preocupado.
Sin darse cuenta se volvió a perder en el café de sus ojos.

-Caroline, ¿estas bien? - pregunto Chris un tanto preocupado pues la mirada de Caroline parecía estar perdida en el infinito.

Al escuchar la voz de Chris, Caroline reacciono.

-Disculpame, adelante pasa-dijo girándose y tratando de disimular lo que acababa de sucederle. -¿Que haces aquí?

-¡Bueno! Pero que cortesía-contestó con sarcasmo- Podrías haber dicho hola al menos, ¿no lo crees?

Otra vez comenzaba a actuar como un completo idiota.

-Perdona, debí ofrecerte un café y también algo de comer o quizá también un masaje, ¿Te parece? -dijo utilizando también un tono sarcástico.

-Si, seria perfecto-dijo él entre sonrisas

Caroline estaba molesta y aunque al principio de la conversación se sentía emocionada de ver a Chris, ahora simplemente deseaba alejarse de él.

-Deja de bromear, ¿a que vienes? Y lo mas importante ¿como llegaste aquí? -dijo seriamente

-Veras, cuando tropezaste conmigo... ¿Recuerdas?-interrumpió la explicación

-Claro que lo recuerdo, pero ve al punto, ¿Como llegaste aquí y porque? -contesto

-Disculpe, señorita desesperación-bromeo de nuevo

-¡Habla ya!- gritó- tengo mas cosas que hacer y no tengo todo tu tiempo.

-Esta bien, seré sincero. Cuando tropezamos y se te cayeron tus cosas, noté que estabas llorando, después, en el salón, intente preguntarte por qué pero tu actitud tan distante no me lo permitió, así que averigüe tu dirección y vine hasta aquí.

Se hizo un silencio incómodo, Caroline pensaba en porque a Chris le interesaba saber porque había llorado, ¿acaso ella le importaba o quizá solo quería burlarse de ella?; ¿qué debía hacer?. ¿Seria buena idea contarle a un extraño sus problemas?.

Toda una serie de preguntas invadieron la mente de Caroline.

-Bueno pues te felicito, ahora si no hay mas que deba saber, la puerta es muy grande, te puedes ir. -contesto Caroline con temor a que insistiera en saber lo que sucedía

-Que amable eres, pero, si no es mucha molestia, me gustaría quedarme un rato más. -dijo entre risas

-Lamento decirte que no tengo tiempo. ¡Debes irte!.-

Caroline se molestó aun más y sus ansias por ver a Chris se esfumaron en un suspiro.

-Lamento decirte que tengo planes y no te incluyen a ti en ellos. -dijo con intención de hacerlo marcharse.

-Esta bien, te esperaré aquí sentado-dijo mientras libremente tomaba asiento en el sofá que se encontraba en la esquina de la sala.

Las acciones de Chris comenzaban a fastidiarla y las ideas para hacer que se fuera se estaban agotando.

-Ok si quieres quedarte, hazlo. Solo explícame por qué estas aquí, qué es lo que quieres.

-Seré sincero, quería verte.

-¿Por qué no fuiste a la escuela?

-Así que te preocupas por mi, que bien, nadie se resiste ante un chico como yo. - presumió

-Eres un patán y por si fuera poco un completo idiota.-dijo mientras lo empujaba fuera de su casa

Chris sonrió.

-Esta bien, te veré mañana en la entrada de la escuela a la tercer hora de clase; si no vas lo tomaré como que no te interesa saber nada de mí y no te molestare más.

-¿Ya es todo?Bien ahora largo de mi casa. -dijo y sin darle oportunidad de hablar, cerró la puerta fuertemente

Aun no podía dar respuesta a todas las dudas que habían llegado a su mente en cuanto vio a Chris y para terminar le habían venido a la mente aun más de ellas después de haberlo hechado de su casa.
¿Era una cita? Cómo saberlo.

Chris era uno mas de esos chicos populares de la escuela a quienes no les importaba más que su propia persona.

Caroline no tenia idea de que debía hacer, pensaba tonterías y nada parecía razonable. Pasó la tarde imaginando que pasaría si asistía al lugar que Chris le había dicho y continuo por horas sin nada mas que hacer, hasta que un ruido la sacó del transe en el que se encontraba. Cuando reaccionó notó que el sonido provenía de su celular, contestó.

-¿Hola? Quién habla.

-¿Caroline? - se escucho a través de la bocina.

-Si, ella habla.

Se escucho un grito de emoción que ensordeció a Caroline.

-¿Juliette? ¿Eres tú?- respondió en cuanto recupero el sentido del oído.

-Claro que soy yo, Me alegra tanto escuchar tu voz pequeña, creí que no te encontraría, pero ya veo que no has cambiado tu número.

-A mi también me alegra mucho escucharte- esbozó algo parecido a una sonrisa

-Bueno y ¿donde estas ahora?
¿qué ha sido de ti desde que nos dejamos de ver?¿y tu madre? ¿Cómo esta? -y sin dar tiempo a que Caroline contestará interrumpió.- No, espera no me cuentes nada, esto merece ser tratado en persona

-Pero cómo, si tu estas del otro lado del mundo. -pregunto curiosamente

-Pues ¡Sorpresa¡. Acabo de regresar a casa. El viaje de estudios terminó y ya te extrañaba. Así que aquí estoy de nuevo.

- Bien! Debemos vernos hay muchas cosas por hablar.

-¿Te parece si nos vemos esta misma tarde?-pregunto Juliette emocionada.

-Esta bien, ¿En dónde?.

-Te parece si voy a tu casa o nos vemos en el parque.

-En el parque esta perfecto.

Ambas colgaron. Caroline estaba emocionada, Juliette había sido su mejor amiga y a decir verdad la única, pero hacia ya dos años que no se veían pues los padres de Juliette habían decido mandarla a hacer un viaje de estudios;pero, por fin había regresado, Caroline podría contarle lo que le sucedía y quizá ella la ayudaría a comprender todos esos nuevos sentimientos.

Cuando se disponía a salir hacia el parque para encontrarse con Juliette, escucho que alguien entraba; era su madre. Bajo a saludarla y despedirse al mismo tiempo ya no le quedaba mas tiempo pues ya iba tarde a la cita.

-Hola madre, Adiós madre vuelvo tarde, no me esperes- dio un beso en la mejilla a su madre y abrió la puerta.

-¿Adónde y con quien? - contestó su madre muy seriamente

-Yo no tengo porque darte explicaciones de cada cosa que hago, tu nunca estas en casa así que da lo mismo si lo sabes o no. Nos vemos madre, si es que aun sigues en casa y no vuelves a desaparecerte como tantas veces lo has hecho.

Su madre no dijo nada, reconocía que en ciertos puntos Caroline tenia razón aunque le dolían las palabras que su propia hija se atrevía a decirle; lamentablemente nunca tenía tiempo para sentarse a hablar con ella. Trabajaba prácticamente toda la semana, y cuando tenia tiempo libre debía ir con su madre pues estaba enferma desde hace mucho tiempo y no había nadie que se encargara de ella, por eso muy pocas veces estaba con su hija y debido a esto su relación no era para nada normal. Probablemente esto también había provocado la actitud insensata de Caroline.

Por ahora lo único que Caroline quería era ver a Juliette.

Algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora