Era alrededor de medianoche y el sueño huía de mí como Jerry de Tom. Tenía hambre y una flojera inmensa como para dejar mi cómodo sitio frente al televisor. La puerta se abrió revelando a un silencioso Charlie, bastante raro he de mencionar.
-Hey, Alfred -saludó y pasó a tonar asiento en el sofá de al lado-.
-Hey -mencioné con desánimo mientras continuaba comiendo algunas frituras-.
Charlie parecía bastante incómodo, como si necesitara decirme algo. Esto no era usual.
Tras un largo período de silencio pareció tener las palabras correctas y comenzó.
-¿Te gusta Jazmín? -soltó precipitadamente mientras sus palabras atropellaban una a la otra-.
Tomé varios segundos en asimilarlo. Era claro que si Charlie hacía esa pregunta era por su evidente interés hacía Jaz.
¿Qué debía responder?
Debía responder la verdad.
Sin embargo, fue más mi cobardía y terminé soltando la más patética de las mentiras.
-La quiero mucho, pero sólo como amiga.
Se supone que entre hermanos se cuentan todo e incluso se dan consejos cuando alguna chica te gusta, pero ¿Qué se supone que debía hacer cuando a ambos nos gustaba la misma persona? Era absurdo que siguiera negando lo evidente; me gustaba Jazmín. Pero como si mi subconsciente no fuera suficiente tortura él terminó por helarme la sangre.
-Le he pedido que sea mi novia -dijo de repente -.
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Hey, crush.
Short StorySupongo que debes empezar a sentirte importante puesto que llegaste a mi vida en un momento en el que necesitaba sobre alguien a quién escribir y sin que te enteres serás el protagonista.
