En contra de la sangre.

No debe ser tan malo...

Vio su ligera sonrisa al ver a todos anonadados. Nadie movió ni siquiera un dedo ante su presencia.

El primero en moverse fue el pelirrojo, que aunque estaba sumamente aturdido con su repentina presencia  puesto que esperaba ver la figura de otra en aquel mísero lugar camino con rumbo recto hacia la salida. Le miró directamente a los ojos y pasó por su lado abandonando el sitio. Sabía cómo terminaría, sabía que el rubio era inocente y saldría ileso de todos los cargos. Creí fervorosamente en ello y tenía miedo de equivocarse, pero se arriesgó, se arriesgó por ella, por ella que había abierto una puerta sin mundo distinto. Por ella que a pesar de haber jugado con el, había dejado una gran marca en su corazón.

Al salir la vio, están sucia, su estro estaba manchado por barro y lodo, su rostro se veía severo como el de una guerrera. Pero no obstante ella dejó que su corazón decidiera por ella cuando lo vio. La rubia corrió a los brazos del pelirrojo, temió que él no le correspondiera pero él lo hizo. El la abrazo como si no hubiera mañana, el estaba sumamente enamorado en Ámbar.

Draco hecho una ojeada a lo que sucedía detrás del ser que estaba aún parado en la entrada con su sonrisa victoriosa. Sintió celos de no ser él quien esté abrazando a su chica, pero a la vez alegría por la rubia que una vez andaba tras el sin descanso.

Una señal por parte del jurado movió a un dementor que se dirigió flotando con sus prendas rotas y casi desprendidas hacia el sujeto. Jamás imaginó que la persona que iba a salvar su vida, que la persona que estuviera parada sin huir del dementor, que la persona que estaba en la entrada cubriendo la escena de renuentes por parte de Ámbar, Harry y Ron, que es persona que a pesar de haber sido un pésimo ejemplo estuviera ahí para una vez hacer algo bien, que la persona que miraba con satisfacción al dentro en la entrada fuera su padre. Lucius Malfoy estaba ahí.

Lucius Malfoy dejó desconcertado a casi todas las personas presentes, Lucius Malfoy había llegado a salar la vida de su hijo, Lucius Malfoy por fin iba a ir por el camino de la inteligencia y la verdad. Lucius Malfoy estaba ahí para defender a su hijo y dar todo por el.

-Llévenlo directo a Azkaban!- fue la orden por parte del barrigón que estaba asqueado de tantas escenas amorosas.

-Tengo una declaración que hacer- confirmó Lucius con aires de ser aún el dueño de todo lo que estuviera cerca. -Así que tomemos esto un poco más a la ligera.

El dementor se había detenido por parte de la  seña que realizó la postulante a ministra. El camino con paso lento hacia la chica que estaba en la defensa de su hijo. Una marginada que al parecer no sabía ni cómo se llamaba.

-Me asombra la poca eficiencia del ministerio. Acusar a un idiota que no sabe ni conjurar un Avada...- se detuvo antes de pronunciar la maleficio completa. -Bueno esos hechizos, debería darles algo de vergüenza, acusar a este pobre traidor  que hizo amistades con sangre sucias y amigos de los mismos.

Draco alzó su mirada t se encontró con los ojos de su padre. El también lo estaba observando, muy orgulloso. Entonces, agregó; - atraparon al incorrecto. Y qué pena que sea así, tanto autores entrenados para acusar a un idiota que no sabe que es lo q ir hizo. Que no recuerda que le lancé un Imperius para que me sacara. Y para el colmo lo acusan de matar a mi querido Dimitri que fue mi cómplice desde el inicio.

-Que insinúa con eso? Usted está declarándose culpable? - inspecciona la anciana.

-No creo que sea necesario- afirmó el mismo pelado que había dado órdenes al dementor. -Deberíamos sentenciar a los dos Malfoy.