Solo siente mi perfume.

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La llegada informacion dejo libre al maleante, que muy orgulloso y con su ego en alto emitio el mandato para que se reabrieran el juicio por asi decirlo.

Todos corrieron a sus puestos, volaban miles de aviones mensajeros enviando sitatorias para el medio dia en el mismo salon. Fitcher, para su desgracia tuvo que presentarse, pero ahora iba mas decidida. Pero Jean no estaba no se podian comunicar con ella. No podian hacerlo, era asi de simple, se encontraba en algun lugar lejano en donde no se marcaba su existencia.

Estaba casi todo preparado, Adlid había puesto en la defensa a la misma inexperta de la anterior vez. Confiaba en que ella lo hecharia a perder todo, que ella lograria mandarlo al infierno.

Todo estaba planeano, la venganza pronto se realizaria, la fortuna de los Malfoy seria para ellos, luego sacaria de Azkaban a sus compiches delicuentes. Lo principal era tener al ultimo Malfoy bajo tierra.

Sabia como jugar, sabia que piezas usar, y la principal era hacer que Hermione Granger no despertara. El sabia que estaba viva, que estaba dormida, que estaba sumida en un sueño de tristeza y dolor del cual nunca escaparia. Eso es lo que pasa si se hacen mal las pociones.

Tenia una vigilancia exagerada, pero por orden de Fitcher nadie podría entrar a su cuarto expeto sus amigos. Asi que vigilaban la entrada cofiando en que pronto tendria mucho dinero en sus camaras de Gringotts.

***

Corría a direccion de la unica luz que se veia encendida, poco a poco se hacia mas grande, hasta que luego vio con claridad la casa nominada madriguera. La lluvia era torrencial, sus tacones estaban empapados y muy degastados. Pero todo por el, lo haria todo para verlo libre.

Toco la puerta dando tres golpes, dos duros y rapidos y uno muy suave, la noche se volvio mas fria y tomentosa, las nubes ocultaban todo rastro de luz, la luna no habia llegado, y las estrellas se habian quedado con ella donde quiera que estuviera.

Al abrirse la puerta, vio a través de la capa a uno de los Weasley, su nombre era más que sabido en el mundo mágico. Su rostro mostró desconfianza hacia la rubia, que en ese momento solo parcos una persona bajo una capa negra con una bufanda negra que cubría su rostro. Al parecer la moda de los mortifagos estaba volviendo.

-Ron Weasley? Puedo hablar contigo?- la voz sonó tan femenina que no dudó un instante en asentir. El tono cauteloso le dio la ligera idea de que se trataba de algo peligroso o quizá muy delicado.

-Si no es para eso para que vendrías?- la muchacha ignoro la pregunta. Y aún con la cabeza gacha sonrío ante el pequeño humor del pelirrojo.

-Bien, seré directa- comentó. -Quiero que me entregues a Hermione Granger.

El pelirrojo arqueo las cejas en señal de confusión. Y luego transmutó su rostro a un sonrisa.

-No creo que estés bien de la cabeza-dijo Ron- Sin embargo dejaré que vuelvas a decir que es lo que buscas en esta casa por segunda vez.

La mujer alzó su cabeza ligeramente hasta ver con claridad sus ojos. Y que el viera los suyos, con un azul lleno de bondad que lograría conmutar todo el feo en un paraíso. Observo cada fracción del rostro del pelirrojo, en verdad era tal como describían a los Weasley, con un cutis lleno de innumerables pecas como las que bajaban por el puente de su nariz.

-Necesito despertar a Hermione Granger. Ahora está muy claro como para que no lo captes. - transfiguró su mirada de diva a una más severa. Con un ágil movimiento de manos se descubrió el rostro dejando que su cabellera rubia revoloteara alrededor de ella como una nunca en pleno vuelo.

En contra de la sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora