Cuando se pierden las fortalezas te conviertes en muerto viviente, tu corazón late pero tus latidos ya no transmiten calor.
Tu alma divaga y tu cuerpo camina, un vaivén de tormentas internas chocan entre sí, te has convertido en una vela que lentamente se está extinguiendo sin una llama abrasadora que la pueda hacer brillar en las largas noches.
Cayendo en un aplastante frío vas, tu cálido aliento se esfuma, tus ojos, las ventanas de la vida han perdido su brillo.
Ese cuerpo lleno de vida ha sido petrificado, se ha convertido en la estatua de la soledad, ¿Que ha pasado con la chispa que ferviente habitaba en ti? ¿Acaso la tormenta ha acabado contigo?
La esperanza y luz es lo que necesitas, un guía para ese cuerpo sin vida que está siendo arrastrado por las manos de la muerte lentamente, esa chispa que se está fragmentando sin posibilidades de reconstruirse ¿Habrá alguien que te pueda guiar en tan semejante obscuridad?