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003. Del primer San Valentín y culpas...

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003. Del primer San Valentín y culpas...

Amor de niños,

Amor,

Tan de repente,amor

Amor de niños,

Amor que nunca miente.

14 febrero 2003

La estadía en el instituto no era la mejor para aquellos dos pequeños niños ¿Quién lo diría no? Aquel par ya iba en su tercer año de instituto y seguían siendo inseparables y aun con aquella mentalidad tan inocente que muchos niños no conservaban pero ellos siempre eran la excepción para todo.

Muchos de los niños recién entraron al instituto les preguntaron si ellos eran hermanos o algo parecido pues siempre estaban juntos y hasta suerte les había tocado estar su primer año en la misma aula pero todo cambio, en su tercer año cuando ambos tocaron por separado y al principio fue muy duro, más para el casi ruliento,que era todo un caso pues solo vivía tras la rubia pues por lo general eran las niñas quien se escondían tras su amiguito pero en este par era todo alrevez,todo.

Los pequeños niños siempre trataban de separar a este par pero por más que los niños invitaban al casi ruliento a jugar a los ratones y gatos este no cedía, a él le encantaba la compañía de la rubia, en cambio la rubia le encantaba jugar con la cuerda y algunas niñas la llamaban a que se acercara y estas tenían que incluir al pequeño pues sabían que venía en el paquete de la rubia y claramente a estas niñas no les molestaba el niño, les parecía sumamente encantador y en ocasiones le tenían un poco de envidia a la rubia pues era a la única que aquel chiquillo le hablaba sin temor y con tanta fluidez, no había duda alguna que para los ojos de él solo existía la rubia, su mejor amiga.

Llegaba el día que muchos de los pubertos amaban y uno que otro repudiaba, así es, el tan comercializado Día de San Valentin, para su edad muchos niños traían la pisca de curiosidad sobre niñas o viceversa.

Mientras tanto la rubia y el casi-ruliento solo miraban como todos estaban tan emocionados, bueno que se podría esperar de aquellos dos, no sentían que algo les faltase pues entre ellos dos se sentían tan cómodos. Su amistad era lo que tanto amaban ellos,era como tener otro hermano en el caso de la rubia ya que solo era ella y nada mas,claro,su padre y la abuela Olivia solían jugar con ella pero nada como la compañía en el juego con alguien que tuviera una pizca de la agilidad que los niños de nueve años tenían,por eso y tantas cosas amaba ella a su amigo.

—Harold...—hablo por primera vez la rubia después de un rato de silencio, este solo volteo dirigiendo su mirada a ella ya que se encontraban en el pequeño espacio de bancas que había en un lado del patio del instituto.

— ¿S-i?

A la edad de nueve años,Harold,el amigo de la rubia tartamudeaba un poco cuando lo tomabas desprevenido o no se sentía en confianza algo que por el momento la rubia no tenía conciencia a ella solo le parecía algo lindo de su amigo parecía aquel cerdito que solían ver los fines de semana ella y su padre en el televisor por las mañanas.

— ¿Tu alguna vez estarás así como ellos? —apunto a dos personas de entre doce u once años que pasaban tomados de la mano.

El niño siguió con la mirada al lugar donde su amiga apuntaba y se encogía de hombros.