°Uno°

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Es temporada de Otoño, las hojas de los árboles se movían al compás de la suave brisa, algunas se soltaban balanceándose de un lado a otro hasta caer en el suelo, una hoja cayó en el libro del pelinegro que se hallaba leyendo muy concentrado, la quitó de la página y continuó con su lectura pero nuevamente cayó otra hoja, la volvió a quitar llevando a sus labios el envase de café, dió un sorbo y lo volvió a poner a lado de él, cayeron dos hojas más, este cansado se dispuso a buscar otro lugar para continuar su lectura

Observó que al frente de el había un asiento, pero este estaba ocupado y era el único de esa zona apartada que tanto le gustaba a Miguel, sabía que si se iba a la parte central del parque los gritos de los niños jugando no lo iban a concentrar, observo de nuevo el asiento que estaba ocupado y al ver que no tenía más opción se levantó del piso dirigiéndose a aquel lugar, el banco de parque era suficiente grande asi que Miguel se sentó casi al filo del otro extremo para dar una distancia que la cual no le haría sentir incómodo

Este al sentarse, el chico lo miró de reojo, en ese momento Miguel también lo hizo encontrándose con unos ojos verdosos brillantes, el muchacho al chocar miradas, tomó un fuerte color rojizo en su mejillas y volvió su fisonomía a su cuaderno de dibujo, tratando de olcultar su cara, moviendo su lapiz más rápido, se había puesto... ¿nervioso? A Miguel no le interesó, solo sonrió ante esa reacción que le pareció graciosa  y siguió con su lectura, pero de nuevo tenía ganas de mirar que hacía el chico de ojos verdes, lo miró disimuladamente, se veía concentrado en lo que hacia, aún tenía un tono rojizo en sus mejillas, pero esta vez eran más leves, tal vez por el frío, tenía su fisonomía relajada, una gorra hacia atrás que para Miguel le resultó extraño ya que no había hecho sol, observó sus labios rosados, Miguel dejó de observarlo y de nuevo posó la mirada en su libro

Apareció una fuerte brisa que hizo que las hojas del libro de Miguel se desubicaran de su lectura, por suerte tenía el separador de hojas en la hoja que leía, miró hacia un lado y se encontró con el ojiverde recogiendo unos lápices de distintos colores que habían caido al piso, Miguel sin pensarlo dos veces se agachó a ayudarlo, cuando el ojiverde terminó de recogerlos los puso dentro de el pequeño maletín que traía, Miguel se levantó del piso observando al ojiverde

—Aqui están el resto...  .-Este dejó de guardar en el maletín para mirar al pelinegro, Miguel se fijó en sus bellos ojos de nuevo, el chico se quedó inmovil por un momento, sintió sus mejillas arder y bajó la mirada

—G-Gracias por ayudarme... .-Dijo con un volumen bajo de voz, extendió la mano recibiendo los lápices, le dedicó una sonrisa tímida al pelinegro, volviendo a acomodar por orden los lápices en su mini maletín

Miguel se sentó tomando su libro, miró al muchacho de nuevo este le daba la espalda ya que estaba acomodando sus lapices, se fijó que a espaldas del ojiverde estaba su cuaderno y en la que estaba se veía un dibujo, eran los árboles del parque muy bien detallados, el pelinegro le pareció increible los detalles tenía, tomó el cuaderno para observarlo mejor

—Tienes un gran talento... .-El ojiverde se giró de inmediato, tenía sus ojos abiertos con sorpresa y su corazón comenzó a bombear más rápido

—Gracias... .-Habló en un susurro, Miguel seguía observando la obra de arte, le sorprendió al ver en el dibujo un chico leyendo debajo de un gran arbol, era él

—¿Ese soy yo? .-Preguntó sabiendo la respuesta, era algo tan obvio ya que la persona del dibujo tenía la misma vestimenta que él además que usaba lentes; el ojiverde se puso nervioso y la vergüenza lo invadió por un momento

—Si... emmh...  ¿T-Te gusta? .-Miguel lo miró por un segundo aún seguía sonrojado-Es tan mono-pensó

—Si... y eso que no lo has terminado... .-Es verdad solo había terminado ah Miguel y unos cuantos árboles

—Hasta ahora es el mejor dubujo que voy haciendo... Te lo regalo .-Habló seguro con una sonrisa, Miguel lo miró confundido—Cuando termine, obvio

—¿Por qué? .-El ojiverde negó con la cabeza

—Quiero dártelo y ya .-Y volvió a sonreír, su sonrisa era tan adorable ante los ojos de Miguel, con su leve sonrojo se veía tan tierno... El pelinegro se quedó absorto por un momento, perdiéndose en sus ojos, el ojiverde quiso evitar el contacto visual mirando el su mismo cuaderno, Mangel se aclaró la voz entregándole el cuaderno

—Soy Miguel.. Miguel Ángel .-

—Yo Rubén.. .-Tomó su cuaderno

—Bonito nombre... .-Otra vez el corazón del ojiverde se aceleró, sintió de nuevo sus mejillas arder... Esto era demasiado para él

—Emmh.. Creo que se me hizo tarde... .-Se excusó levantándose del asiento recogiendo sus cosas rápidamente—Adiós Miguel Ángel! .-Miguel no pudo despedirse ya que Rubén se encontraba lejos

[…]

Rubén cerró la puerta de su departamento de un portazo, corrió hasta su habitación buscando con desesperación en uno de sus cajones su "diario", comenzó a escribir, sonreía mientras lo hacía, hasta que acabó, se sentía muy feliz, demaciado, su mente no dejaba de reproducir la voz de Miguel al decirle "Tienes un gran talento..." o cuando le dijo "Bonito nombre..."

Suspiro mientras volvía a leer el texto que había escrito

Se dirigió a la cocina para prepararse algo para comer, sacó algunas cosas de la refrigerador mientras que con una melodía cantaba

"A Miguel le gusta mi nombre"  "A Miguel le gust-   

En ese momento se abrió la puerta, Rubén comenzó a tararear mientras hacía la cena

—Parece que alguien está de buen humor...

—Hola Alex! .-El nombrado se sentó encima de la mesa

—¿yyy...? .-Dijo alargando la "Y"

—¿Qué?

—¿No me vas a decir por qué estás contento?

Al ojiverde comenzó a contarle todo lo que había pasado con un brillo en los ojos y sonrisas bobas cada vez que mencionaba su nombre

Rubén siempre había deseado que Miguel Ángel le hablara o que lo mirara, como el siempre hacía, sabía que compraba su café en Starbucks, también que solo comia muffins los viernes, que sus lentes no eran solamente de lectura, quería saber mas sobre él, llegó al punto de seguirlo y desde ese día no paró de hacerlo, bueno, solo lo hacía los martes y jueves después del parque, desde ahí supo que Miguel tenía un trabajo, desde la 7:30am hasta las 12:30 en una cafetería cerca del parque, su nombre es Miguel Ángel Rogel de 21 años, también que vive en el edificio de alfrente, en el tercer piso habitación 43; Rubén no dejaba de pensar en él, le gustaba verlo, vigilarlo, según él estaba enamorado del pelinegro, le tomaba fotos cuando lo seguía y con las mejores que sacara las dibujaba, tenía una "pequeña" obsesión por Miguel y estaba dispuesto en hacer lo que fuera para que nadie se lo arrebatase

—Wou... .-Exclamó Alex al terminar todo lo que había dicho el ojiverde, cada cuatro palabras decía lo lindo que era Miguel, que Miguel es esto y lo otro

—Es tan lindo... ¿no? .-Dijo mientras dejaba dos platos con comida en la mesa

—Ajá... .-Se dispuso a comer—Se ve que te gusta mu-

—Si pero es mio... .-Alex le miró con el ceño fruncido, el ojiverde al darse cuenta empezo reír contagiando a su compañero de piso que negó divertido

—Tranquilo no te lo voy a quitar... .-Se hecho a reír junto a Rubén—Claro, si eso es lo que piensas .-Dirigió su mirada al plato para empezar a comer de nuevo

—No, tu tramquilo, solo fué una bromita. -Le sonrió, para Alex fué una sonrisa sincera amigable

—"Ni aunque quisieras quitármelo no lo harías, Alejandro" .-Pensó Rubén, aún con esa sonrisa "amigable"

—Me alegro mucho de verte feliz... .-Sonrió de lado, Rubén suspiro

—Y a mi me alegra que te alegre...

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Little Obsession → RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora