Mi Ángel Guardián © | M.G

Capítulo Seis.

-Martijn-Volvió a llamarlo. Este la miro entre perdido y aburrido.

-Dime, Lynn-Murmuró con voz monótona.

-¿Te gustó la película?-Le pregunto mientras lo tomaba del brazo.

Martijn solo se limitó a asentir, la verdad no le había puesto ni la más mínima atención a la película. Durante toda la mañana estuvo tentado a llamar a Lynn y cancelar su cita pero Kassie no había vuelto a su departamento en días, no sabía siquiera dónde estaba o si volvería y lo único que él quería era distraerse, para dejar de pensar en ella y en esa noche.

-¿Quieres ir a mi departamento?-Preguntó de golpe.

Y se arrepintió luego de decir la última palabra. Lynn lo miró emocionada, hacía mucho que quería oír eso.

-Claro-Acepto subiendo a su coche.

Él no le hablo en todo el viaje, ella solo se limitó a oír las canciones de la radio. Hacía frío pero no el suficiente para nevar.

[...]

-¡Martijn!-Chillo la rubia cuando el chico la estampo contra la puerta recién cerrada del departamento.

Todo estaba oscuro y lo peor, olía a alcohol, pero estaba con Martijn y eso era lo único que a ella le importaba.

Martijn la beso y la obligó a enredar sus piernas en su cadera, la recostó sobre su cama acomodándose sobre el voluptuoso cuerpo de la rubia.

El castaño mordió su cuello y deposito varios besos mientras acariciaba sus piernas, mientras que la chica no ponía ningún tipo de oposición

-Martijn.

Abrió los ojos de golpe al sentir esa voz, tan suave y distinta a la mujer que se encontraba ahora con él. Sus ojos azules se clavaron en los verdes azulados de Garrix, los observó detenidamente por unos segundos y fue inevitable no compararlas.

Lynn tenía el cabello más largo y de un color rubio cenizo, pero carecía de ese aroma a cerezos que le encantaba a Martijn desde que era apenas un niño, su rostro era más afinado y con rasgos más felinos, Kassie poseía rasgos más delicados y el rostro más redondeado. Lynn enmarcaba sus ojos azules con un seductor maquillaje y sus labios eran más finos y de un color rojo intenso, Kassie no usaba maquillaje.

-¿Martijn?

Kassie era más baja y a pesar de tener casi la misma contextura física que Lynn, Kassie siempre se veía más frágil y delicada.

-Martijn ¿Qué ocurre?-Murmuró la rubia al verlo perplejo sobre ella.

-Nada-Dijo levantándose de encima de la chica.

-¿Martijn?-Susurro preocupada a sus espaldas.

Él por su parte se sentó en la cama y apretó el puente de su nariz con su dedo índice y pulgar mientras cerraba los ojos.

-¿Qué te ocurre?

Los ojos de Martijn se desviaron a la ventana de su dormitorio.

Estaba nevando.

Se levantó de prisa de la cama dejando a Lynn confundida y salió descalzo y desabrigado del edificio. Nevaba, como cuando se besaron por primera vez. A los pocos minutos Lynn bajo ya vestida, lo observó parado a unos metros de ella, tenía la cabeza levantada mirando el oscuro y encapotado cielo, con los ojos cerrados, tenía las manos estiradas y sus pies desnudos se clavaban en la fría nieve del suelo.

-Martijn-Lo llamo.

Este no le contesto, en lugar de eso comenzó a girar sobre sí mismo, la nieve caía lentamente sobre él, fría, helada, como la piel de Kassie pero aún así hermosa y adictiva.

-Ven-Llamó a Lynn mientras estiraba su mano hacia ella.

Esta frunció el ceño.

-Hace frío-Comentó acurrucada en su chaqueta color roja-Además la nieve me moja el cabello-Murmuró.

Martijn lanzó una risa baja que desconcertó a la colorada.

-Lynn- La llamo-¡Gracias!-Gritó antes de salir corriendo rumbo desconocido para la chica.

-¿Qué?

Lynn bufo al verlo perderse entre las calles, la había dejado sola y con ganas y solo se había largado.

-¡Idiota!

[...]

Martijn sonrió de lado al oírla gritar, sus pies cada vez quedaban más azules al pisar el helado suelo, la nieve caía sobre él, hacía frío, mucho frío pero jamás se había sentido así.

Amaba a Kassie.

Lo que pasó hace catorce años fue un accidente.

Kassie no maneja ebria.

Kassie no provocó el accidente.

Fue eso... Un accidente.

Él amaba a Kassie y no la dejaría ir, no la perdería... No otra vez.