Capítulo 1 - Un trágico dia

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Septiembre, 1997.

Era una mañana normal en la agitada ciudad de México, las calles y avenidas, como siempre, estaban atascadas de tráfico, el sonido de los motores de los autos y autobuses resonaba en los oídos de los conductores y peatones que allí se encontraban.

De entre toda la gente que caminaba por la acera, había una persona que se destacaba entre todos. Un hombre joven, al menos de unos 30 años, ojos café oscuro, alto y delgado, vestido con un traje elegante color negro, camisa blanca, corbata azul y zapatos negros. Usaba lentes, cabello negro no muy largo, peinado hacia el lado derecho y en la mano derecha cargaba un maletín color café oscuro.
Se llamaba Raúl y se dirigía a su trabajo en los laboratorios de R-Corp, una empresa fundada por el mismo de la cual también era presidente, en R-Corp se dedican a investigar, crear y mejorar tecnología armamentista.
Estando frente a la puerta principal, hecha completamente de vidrio transparente, miro hacia arriba, contemplado el enorme edificio de 45 pisos, color gris a los costados, al frente y atrás lleno de cristales que en la parte más alta tenía escrito con grandes letras color rojo R-Corp, en su rostro se dibujó una gran sonrisa de orgullo al mirar su empresa y sin más demora se dispuso a entrar. Nada más acercarse a las puertas estas se abrieron de par en par y así Raúl pudo ingresar al enorme edificio. La recepción era simplemente una sala de tamaño medianamente grande, al lado izquierdo un gran escritorio y a la derecha una hilera de sillas tapizadas de cuero negro.

–Buenos días Luci– dijo a la recepcionista que estaba tras el escritorio, una mujer de unos 25 años, alta, esbelta, cabello lacio y rubio, de ojos verde claro, piel blanca y unos delgados labios rojos. Vestía una camisa de manga larga, color rosa oscuro, abotonada hasta debajo del pecho, su escote dejaba ver la blusa color blanco que tenía debajo y una parte de sus enormes pechos que a cualquier hombre abría dejado con la boca abierta.

–Buenos días señor– dijo la chica con su delicada voz –Como esta su esposa?–

–Muy bien, gracias por preguntar, dijo que está noche me daría una sorpresa– contestó amablemente Raúl.

–Me preguntó que será, es una mujer tan afortunada– dijo Luci con un tono de voz coqueto mientras miraba de arriba a abajo a su jefe.

–Jaja tal vez te lo cuente cuando lo sepa, hasta luego–

Raúl camino hacia el elevador que se encontraba al fondo de la recepción y a un lado estaba un hombre uniformado, Manuel, el guardia de seguridad, un poco más alto que Raúl, de piel morena, cabello corto color negro, ojos café oscuro, voz gruesa y complexión fuerte, le hacían ver imponente.

–Buenos días señor– dijo extendiendo su mano hacia Raúl.

–Buenos días Manuel– contestó Raúl dándole un apretón de manos.

–Una mañana tranquila?– preguntó el guardia.

–El tráfico esta un poco pesado, por eso prefiero caminar– dijo Raúl con una ligera sonrisa.

–Me alegro por usted, que tenga buen día– dijo Manuel con una gran sonrisa mientras terminaba el apretón de manos y presionaba el botón para llamar al elevador.

–Igualmente, nos vemos luego– Raúl entró en el elevador y al cerrarse las puertas presionó el botón con el número 22.

Al llegar a su destino se escuchó la voz de una mujer que decía "piso 22, que tenga buen día"

Salió del elevador y se dirigió hacia uno de los científicos que estaban en ese laboratorio.

–Hola Al– saludo a Alberto, uno de los hombres más inteligentes que tenía en su empresa.

El Reino De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora