Capítulo 3 - Un viejo amigo

22 1 0
                                    

Tras unos minutos de pensar en aquella mujer y como manejar sus nuevas habilidades, recordó a un viejo amigo del orfanato, el cual se había ido de dicho lugar tras cumplir la mayoría de edad, recordó exactamente donde vivía, asi que decidió ir a visitarlo, se fue saltando de tejado en tejado hasta dar con la casa de aquel viejo camarada.
Vivía en un edificio de departamentos, en el quinto piso, las luces del departamento estaban apagadas, pensó que no habría nadie, pero igual se dispuso a buscarlo; uso una de sus cadenas para trepar hasta la ventana donde vivía su amigo, extrañamente esta se encontraba abierta.

-¿Dante? ¿Estas en casa?- dijo Tom tras entrar por la ventana.

-Ni un paso más o te vuelo los sesos- dijo una voz, al mismo tiempo que de escuchaba como recargaba su arma.

Tom se detuvo en breve, levanto sus brazos y no movió nada más que sus ojos intentando buscar de donde provenía aquella voz.

-¡Oye tranquilo, colega! Soy amigo tuyo... del orfanato ¿Acaso me olvidaste?-

-¡Tom! ¿En verdad eres tú?- dijo asombrado mientras bajaba su arma y encendía la luz -¡Jaja! ¡Pero que alegría verte compañero!- dijo tras darle un gran abrazo de bienvenida.

-¿Encerio eres tú? ¿Dante? ¡Jaja! ¡Mirate! ¡Casi no te reconozco!- dijo Tom, contento, al ver cuánto había cambiado su colega.

Dante era mayor que Tom por tres años, creció junto a Dante en el orfanato San Ángel desde los cinco años, cuando eran niños, Tom era muy débil para defenderse solo y su amigo siempre lo apoyaba; seis años después, Dante le enseñó a como defenderse y desde entonces cuando uno tenía problemas siempre estaba el otro para echar una mano.
Dante, con diez centímetros de estatura más alto que su amigo, era una montaña de músculos, nada parecido a Tom, quien sólo estaba fornido.

-Te recordaba más moreno ¿que te pasó?- preguntó Tom a su camarada.

-Ven conmigo, te contaré una historia- dijo Dante mientras le mostraba a su colega la sala del departamento -Veras, amigo, tras salir del orfanato me forjé una reputación y ahora trabajo de mercenario-

-Eso explica todas las armas que guardas aqui- dijo Tom con una sonrisa sarcástica.

-¿Como lo supiste? Se supone que están escondidas-

-Colega... creó que tengo súper poderes y acabo de ver cada una de las armas que tienes aquí escondidas-

-¡Ja! ¿Intentas tomarme por tonto? Típico de ti-

-Tienes una escopeta de doble cañón bajo tu cama, un francotirador detrás del sillón en donde estás... ¿Continuo?- dijo Tom sin poder aguantarse una carcajada.

-No es broma... ¿Que es lo que puedes hacer?- preguntó Dante, asombrado.

-Una voz en mi cabeza, dijo "eres la oscuridad"... Imaginó que puedo ver a través de ella, quizá manipularla, tal vez estoy hecho de oscuridad- dijo Tom con un poco de duda.

-¿Osea que no has intentado hacer algo? ¿Como apagar las luces o algo así?- dijo Dante casi burlándose.

-No, sólo se que mi fuerza aumento, puedo levitar.... y me salen cadenas de estos grilletes que llevo puestos-

-Bueno... parece que una vez más tendré que enseñarte como hacer las cosas- dijo Dante levantándose de su asiento y tomó una chamarra de piel color rojo.

-¡Jajajaja! ¿Tu me enseñarás a mi a controlar la oscuridad? ¿Acaso eres brujo o algo parecido?-

-Nada de eso, he visto suficientes películas para saber qué debes entrenar tus nuevas "habilidades"- dijo Dante al tomar un par de pistolas y abrir la puerta principal -Vamos, te llevaré afuera de la ciudad, donde no habrá daños graves si es que haces algo mal-

El Reino De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora