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Estaba rescostada en las sillas del balcón de la casa, no tenía nada que hacer ya que las maletas las había hecho en la mañana, había ordenado el pequeño desastre mientras escuchaba all that matters. La canción seguía sonando e iba por más de la mitad, ya que no era mucho desorden y lo había arreglado muy rápido.

Estaba concentrada en mi twitter, respondiendo mensajes de algunas chicas que me escribían.
Me estaba popularizando mucho más en las redes sociales debido a que Jill siempre subía fotos conmigo en todas sus cuentas pero sin etiquetarme, sin embargo, muchas stalkers me consiguieron fácilmente y empezaron a compartir mis redes sociales por todos lados.

Por otro lado, están los chicos estos del Omaha Squad y una pequeña parte de los Magcon Boys; Desde que empezaron a comentar las fotos de mi instagram, los likes y los comentarios tanto positivos como negativos habían crecido bastante de cantidad. La verdad no me gustaba depender de la fama de nadie, tenía que aceptar que por mi misma habían muchas fans conmigo, si.

Algunas personas me siguen desde que comencé subiendo videos a mi viejo canal de YouTube cantando, tengo solo como 10 de éstos. No me había atrevido a seguir haciéndolo solo por el simple hecho de que no me consideraba buena, aunque la gran mayoría dijera lo contrario.

Después de esfumar mi nube de pensamientos, me llego una llamada de facetime. Era Jack.

Atendí inmediatamente y lo miré, estaba sonriendo y se encontraba en un lugar parecido a un aeropuerto, ¿qué hacía allí?.

Tenía un suéter gris, y por debajo lo que parecía una camisa manga larga negra. Yo me encontraba con un suéter al igual que él, solo que a diferencia el mío era negro con letras blancas; también llevaba una gorra y mi cabello liso.

—Hey preciosa, ¿cómo estás?– preguntó con su sonrisa aún intacta.

—G!– exclamé emocionada; él me había emocionado –bien, ¿y tú?

—mejor que nunca ahora que estoy hablando contigo– sonrió subiendo y bajando las cejas y terminamos riendo ambos, sin contarme con mis mejillas sonrojadas por lo que acaba de pasar.

—babe, ¿dónde estás?– pregunté muy curiosa, la verdad quería saber.

—Eh...– miró hacia enfrente rascándose la nuca y volvió a mirarme a través de la pantalla, obviamente –estoy en el aeropuerto– bingovoy a Seattle con Johnson para seguir con el tour, tu sabes– sonrió y segundos después lo hice también.

—Estás con Johnson!– grité –lo quiero ver!– volví a exclamar pero el no hacía nada, solo mirarme con una ceja enarcada y la mandíbula tensa. ¿está celoso? ¿Jack Gilinsky celoso? No lo creo –no me veas así, por favoooorle hice un puchero y su cara inmediatamente cambió, pero igual se veía un poco molesto. No le diría nada ya que solo llevamos hablando menos de unas tres semanas y dudo que yo le guste teniendo una fila de chicas mil veces mas hermosas que yo detrás de él. Seguramente yo estaba confundiendo las cosas al pensar que se encontraba celoso.

Aclaró su garganta y me miró de nuevo ya que se encontraba buscando a alguien con la mirada –hey bro, hay alguien que quiere saludarte– gritó G, de repente un chico con cabellera rubia y ojos demasiado azules se asomó por la pantalla. Johnson.

—baby Johnson!– grité y sonreí, quería abrazarlo –¿cómo estás?– pregunté tan curiosa como antes, de verdad, a pesar del poco tiempo siento que tengo toda la confianza del mundo con este chico.

—baby Val!– exclamó él, por un segundo fijé la vista en Gilinsky y este sin darse cuenta de que yo lo estaba mirando rodó los ojos. Se me escapó una risita y seguí conversando con JJ.

—J, nos tenemos que ver tan pronto como sea posible– hice un puchero hacia el rubio y reí, hasta que me di cuenta de que el moreno me miraba con el ceño fruncido –y claro, también va contigo Gilinsky– sonreí echando aire hacia mi cara con la mano porque el calor que hacía no era nada normal, era demasiado extraño ya que rara vez pasaba esto debido al clima de Italia.

Antes de que Jack rubio respondiera lo corté –espera bae– sin dejarlo responder puse el teléfono al otro lado del mueble y me quité la gorra y el suéter, quedando solo con un top deportivo Nike que llevaba debajo.

Me coloqué la gorra de nuevo, volví a tomar el teléfono en mis mano y sonreí hacia los dos chicos que me escaneaban con la mirada sin decir nada; miré hacia G y se encontraba mirando algo que no debería. Apenada tomé un cojín que se encontraba a mi lado y lo puse tapando mis tetas de la cámara, mejor.

El chico no dejaba de mirarme. Aún así estuviéramos a un millón de kilómetros de distancia, estuviésemos hablando a través de una pantalla y lleváramos casi un mes conociéndonos, podía llegar a intimidarme con solo una mirada, y mucho –como te decía, val; la semana que viene estaremos por Calabasas un tiempo y pues...

—HEY! Luego de ir a Venezuela estaré por allí, mi familia quiera restaurar la casa que tenemos y eso. -volteé los ojos y reí.

—tenemos que encontrarnos cutie– esta vez fue el inconfundible moreno el que habló –quiero verte– hizo un puchero observándome. Mierda, ¿por que hace eso?

—G, deja de ser así que te ves realmente tierno, stop!– cubrí mi cara con una mano sonriendo, adoraba a este chico y su forma de ser. Luego de eso ambos Jacks rieron –otra cosa, tienen que invitarme a su casa cuando estemos en Omaha, por favor; no creo que pueda aguantar con mis hermanos jodiendome la existencia por más tiempo– rodé los ojos y ambos chicos soltaron una risa.

—tienes garantizada tu invitación preciosadijo el ojiazul y me guiñó el ojo, acción a la cual Gilinsky le metió un empujón para que dejara de hacerlo. Mordí mi labio reteniendo una carcajada pero fue imposible, no podía parar de reír, estos chicos necesitan un psiquiatra o algo, definitivamente.

Las horas pasaron y yo seguí hablando con Johnson, entre risas y miradas por parte del moreno. Llegó la hora de que los chicos tuvieran que subirse al avión y tuvieron que cortar la videollamada.

—adiós chicos, los quieroLes lancé un beso –adiós rubio!– me despedí de Johnson y este le entregó el teléfono a su dueño yendo para la parte de los boletos.

—adiós bae– sonreí quitándome el cojín que me había puesto tiempo atrás y apoyé la cabeza en mi mano inclinándome hacia adelante.

—adiós babygirl, espero que jamás vuelvas a hacer lo de hace unas horas a propósito– me advirtió enarcando una ceja y me quedé pensado, ¿de qué hablaba?

Sin saber a que se refería le sonreí de todas maneras y cambié de tema –hablamos por Whatsapp, cuidate please, te quiero– le lancé un beso a lo que el me respondió con el mismo gesto y sonrió. God.

Finalizamos la llamada y me recosté del sofá. ¿que habrá querido decir con eso? Y lo más importante, ¿que fue lo que hice? No entiendo a este chico, la verdad no tenía ni idea de lo que hablaba.

En fin, ignoré la montaña de pensamientos que se habían creado en mi cabeza, me levanté de allí y entré al baño para tomar una ducha, solo faltaban tres horas para tener que abandonar Venecia. Aquí vamos.

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#1: Puzzle » s.wDonde viven las historias. Descúbrelo ahora