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‹Jill›

Niños pequeños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad pasaban por enfrente de nosotras con sus maletas en la mano. Algunos despidiéndose con lágrimas y otros recibiendo a sus seres queridos.

Por otra parte estaba yo, observando a mi mejor amiga con una cara de total destrucción, estaba acurrucada en los incómodos asientos del aeropuerto con su cabeza recostada en mi regazo. Su ceño se encontraba fruncido y su cara se notaba triste.

Luego de que casi volcara el auto, Valentine me gritó para ponernos en marcha hasta el hotel y así recuperar nuestras pertenecías... Me había molestado mucho luego de que me dijo su idea:

Nos devolveríamos a Los Angeles ya que ella lo sacaría de la pocilga en la que se había metido él mismo. En el transcurso del hotel hasta acá había llamado a Derek, él le explicó que los vecinos del propietario de la casa llamaron a la policía por el exceso de ruido que había allí. La mayoría de las personas habían huido obviamente, pero por el estado en que estaba, Sam fue detenido junto a otros cuantos.
Luego en la comisaría le hicieron una prueba de drogas y alcohol, la cual salió positiva.

Me encontraba texteándole a Zayn, en realidad estaba muy preocupado por Valentine, lo cual me parecía un hermoso gesto.

Por otra parte el teléfono de ella no dejaba de sonar, tanto por las llamadas como por las ciento de notificaciones y mensajes que le llegaban a lo largo de los minutos.

—hey Val, wake up– le susurré mientras jugaba con su cabello. Me respondió con un gruñido y se incorporó en su lugar, restregando su ojo. Reí por la cara de fastidio que tenía –iré a comprar algo de comer– sin más preámbulos me fui de allí, no sin antes echarle un vistazo a Valentine de nuevo.

*

Estábamos sentadas viendo Gravity Falls desde su iPad, la caricatura favorita de ambas, ella se encontraba recostada de mi como si de una cama se tratase, no le estaba dando tanta atención a su pie por lo que tampoco le importó la posición en en que se hallaba.

Había comprado de todo un poco, el viaje iba a ser algo largo y necesitaríamos provisiones aparte de la comida que entregaban las azafatas por parte de la aerolínea. Llevaba dos bolsas con galletas, dos bebidas, Doritos y un Cheetos. Ignorando el hecho de que ahora llevábamos medio paquete de galletas dentro de nuestros estómagos.

—mabel es una descripción caricaturesca mía– habló arrancando con sus dientes la cremita de la Oreo –es muy cuchi.

—pero tu no eres cuchi– me burle bromeando y me miró con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido –just kidding.

Después de un rato así, empezamos a guardar todo ya que pronto sería hora de abordar el avión y no queríamos estar como unas dementes corriendo por el inmenso aeropuerto, con muchos equipajes y una chica coja, ni de broma.

Comenzamos a caminar tranquilamente por el lugar, estábamos haciendo magia, porque Valentine con muletas y una maleta no era muy buena combinación que digamos, así que hicimos un cambio, ella llevaba mi mochila y la suya y yo me hacia cargo de su maleta y la mía.

Los Angeles, allí vamos.

[...]

Valentine

Bajamos del avión después de cuatro duras horas aplastadas en unos putos asientos súper incómodos «con personas igual de incómodas» y encontramos un grupito de chicos con dos carteles, uno decía "Jill culo grande Price" escrito con resaltadores de todos los colores y el otro "Valentine garganta profunda Armani" plasmado de la misma forma sobre la hoja.

#1: Puzzle » s.wDonde viven las historias. Descúbrelo ahora