#1: Puzzle » s.w

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—no! No tengo nada controlado, todo se me está saliendo de las manos. No se como está Jill, no sé cuanto cambió, no se nada...– exclamé con mis manos a cada lado de mi cabeza y con todos los chicos mirándome, días antes habían llegado Shawn, Cameron, Nash, Hayes y Taylor porque estaban en su tiempo libre. Pero han cargado con todos mis ataques de ira ya que el primer momento en el que pisaron esta casa Stassie comenzó a hacer pública su estadía con jill y me tuvieron que dar una pastilla porque en cualquier momento me explotaría la vena de la frente y ni hablemos de los demás días; en fin.

—Val, tienes que relajarte– me dijo Johnson desde el sofá sin apartar la vista de mi.

Lo miré como cualquier mujer en tiempos de crisis. Intentando contenerme para no decirle hasta del mal del que moriría –no digas eso por favor, si no quieres que reviente aquí mismo– me senté en el mueble que se encontraba detrás mio e intenté hacer lo que Johnson decía, pero fue inútil. No dejaba de pensar y pensar, ¿que tal si llevaba a Stassie con ella? Dios, creo que le partiría la cara por ser una perra conmigo y robarme a mi mejor amiga, luego de eso la drogaría con cualquier desinfectante y la llevaría detrás del local arrastrada para cortarla en pedazos y... Wtf Valentine, creo que mi mente criminal ha dado lo mejor de si.

—¿Valentine?– escuché y levanté la mirada confundida.

—¿qué?

—¿en que pensabas?– dice Skate.

—ehhh, en nada ¿por?– respondí haciéndome la desentendida.

—tenías una cara de psicópata que ufff, ni dios te la quita.

Reí y me recoste del espaldar para seguir con el momento de relajación que había conseguido, vaya que pensar como matar a alguien te calma.

Ok, acepto que eso sonó completamente desquiciado.

A este punto cuando todos vieron que ya mi "genio" estaba mejor empezaron a hacerse bromas entre ellos haciéndome reír junto a los demás, después de varios minutos todos cogieron una pistola Nerf y empezaron una guerra.
Shawn perdió, luego Cameron, Nash y así sucesivamente con todos hasta que solo quedaron Nate y Taylor.

Se disparaban entre sí intentando pegarle al otro pero las cosas se volteron y Taylor me pegó con un dardo dejando así que entre la distracción Nate lo apuntara y disparara, quedando ganador él.

—UHHH bro, te gané– Nate hacía su baile victorioso.

—hey Tay– llamé al chico pero en vez de voltear solo el, todos fijaron su vista en mi. Cotillas –pasame la pistola– le guiñe el ojo y este la lanzó en cuestión de segundo –te reto, Nate– dije apuntándolo con el arma.

Escuché las carcajadas de todos, excepto la de mi hermana, mientras miraban la escena como si fuera algo muy chistoso, ¿qué?

—¿de que se ríen?

—de ti, ¿como tu serías capás de ganarle a Nate? Por Dios val– indicó John. Lo miré con mi bien delineada ceja alzada.

—es malo subestimar a las personas ¿sabías? Pero es verdad ¿cómo alguien como yo le ganaría a un chico como Skate?– reí irónica –pero bueno, nada pierdo intentado ¿cierto?– Mai me miraba con una sonrisa gigante, pues sabía lo buena que era en esto –pero antes de empezar, apuesten. Dejen 50 dólares cada uno en la mesa, el que gane se los lleva. Yo pondré 100 al igual que Nate.

Todos hicieron caso y pusieron el dinero sobre el mueble central de la sala. Obviamente los chicos pensaban que él iba a ganar porque claramente se ve mas ágil que yo y todo lo demás, pero ellos no sabían que yo había estado en una escuela de tiro a los dieciséis. Yo quería practicarlo y mi padre no lo vio como una mala idea para aprender a defenderme en caso de que estuviera en peligro.