El libro del Tesoro

4

Los niños se ven uno tras otro desesperados.

-Esto parece...- dijo Theo.

-Un camarote de un barco- agregó Thom.

- ¿Y, este rollo de papel?-

La niña se acerca en una pequeña mesa del mismo color del barco, en la parte derecha estaban 2 veladoras, una incompleta hasta la mitad de la otra, y en la parte izquierda una brújula cerrada tan vieja y media rota en la tapa de color negro junto con detallas plateados y el último objeto un rollo de papel amarrado en un trozo de tela blanca sucia de tierra.

Lo agarra sin razonar, lentamente quita el trozo de tela y abre el papel por su sorpresa aparece mágicamente un mapa, es el mapa del cofre de los deseos, dentro de su cabeza piensa: ¿Qué es esto?

Mientras tanto los chicos examinan el camarote por la curiosidad. Era un poco enorme, y algo misteriosos, al otro extremo estaba una pequeña cama bien acomodada pero sucia acompañada de una almudada algo dura pero lo suficiente blanda y una sábana negra delgada y debajo de la cama un baúl cerrado, ahí escondía sus licores el capitán de dicho barco también había otro baúl negro en donde guardaba algo de ropa y sombreros.

Rápidamente Sam pone como estaba el mapa y le llena la curiosidad de explorar en donde estaba.

-¿Chicos?- los miro por un rato y como estaba llena hasta el tope de la curiosidad salió del camarote corriendo sin importar si la seguían, los niños al ver el cometido de la chica salen también para buscarle e indicarle que vuelva pero estaba bien lo que hizo pues si el capitán los llegara encontrar pensaría que serían unos ladrones en robarle su "apreciado" mapa y sería capaz de abandonarlos a medio mar.

- Miren esto- manifestó observando todo su alrededor.

- Sam, regresa – susurró Marc.

- Ahora no- movió su mano derecha sin voltear a su amigo.

La gran vista que tenía Sam era que jamás en su vida había visto verdaderos piratas en vivo y a color, los piratas estaban trabajando en su labor sin darse cuenta que había unos niños misteriosos en frente de sus narices ellos decían: "Rápido bajen las velas ". Y otros peleaban a gritos, otros estaban calmados y concentrados y 2 más cantaban de alegría mientras trapeaban el suelo tan feroz porque estaban algo hipnotizados por alcohol.

Estos piratas eran los bufones del barco, luego el que tenía un arete de oro en su oreja derecha alza el trapeador y golpea a su compañero.

-¡Oye que te pasa, Yasu!- grita por el dolor sobando su espalda.

- ¡Anda! Venga que estoy preparado- desafía.

-Ja, si te gano yo dormiré esta vez en tu hamaca-

- Es un hecho-

Los bufones se pusieron a pelear con los trapeadores insinuando que son sus espadas, mientras hacían su batalla avanzaban por casi todo el barco y los demás piratas veían el ridículo de estos dos, todo iba bien, eran expertos, hasta que a mitad de acto se tropieza Yasu junto con los chicos.

-¿Están bien?- dijo, el bufón.

- sí, estamos bien- dijeron los chicos mientas se levantaban.

Cuando Yasu alzo la mirada para ver a quienes había lastimado, se sorprende al ver 4 chicos en el barco vestidos de una manera muy extraña.

-¡¡¡Impostores!!!- alarma a todos los del barco.

Rápidamente los señores voltean a la dirección de la voz.