CAPÍTULO 6 (Parte 2)

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-¡Estoy totalmente emocionada! -chilló Gretchen mientras

caminábamos, con los brazos entrelazados, por la acera de la casa de Tanner.

Sí, me sentía culpable por mentirle a mi papá. No era la casa de Olivia. No hay ninguna Olivia de todas maneras. Pero pensé que sonaría mejor si la fiesta era de una chica y no de un inmaduro chico. Tanner era sólo eso. Un molesto, controlador jugador de fútbol de mi antiguo colegio, que insistía en ser popular lo quisiera la gente o no. Creo que él sólo era aceptado en el club porque tenía padres que viajaban mucho, abriendo su casa para fiestas de lo más exageradas con brebajes-de-alcohol y sexo- enloquecido en la ciudad. Me asombraba que ninguno de ellos había sido arrestado por los policías.

-¿Qué hay ahí para estar emocionada? -pregunté-. Estas fiestas son repulsivas.

-Como sea, Brooke. Tú las amabas el año pasado.

-Sí, eso fue el año pasado -dije-. Dios, sé que no quiero correr hacia una persona que conozca.

Atravesamos la puerta principal y nos tropezamos con Stephanie.

-¡Oh por Dios! -gritó, tirando sus brazos alrededor de mi cuello, sofocándome.

-Steph. -Sé que no soné muy entusiasmada, pero sólo no podía pretender por más tiempo.

-¡Estaba tan esperanzada de que vinieras esta noche! -replicó, alejándome un poco y mirándome de arriba abajo-. ¡Te ves tan linda!

Sí lucia linda. Vestía unos jeans azul oscuro con un top de lentejuelas gris y con unas zapatillas de piel de cocodrilo. Mi primer par de tacones con punta cerrada. Los compré inmediatamente después del funeral de Beth, y me aseguré de que no hubiera nada triste en ellos. Ni una pizca de negro. Eran púrpura en su lugar. Llevaba el cabello recogido en un moño desordenado en la nuca de mi cuello para mostrar los pendientes de boda de mi madre, los broches de diamantes. Me sentía confiada y sexy.

-Gracias, me encanta tu vestido -dije-. Es realmente lindo.

Stephanie miró a su atuendo.

-¡Lo es! ¿Cierto? -Agarró mi mano y me llevó a la sala de estar-. ¡Todos, miren quién está aquí!

-No, no -dije, meneando mi cabeza y alejando la mano de ella-. Nadie necesita saber.

Sonreí nerviosa y miré alrededor. Agradecida de que nadie escuchó a Stephanie o no les importaba. La música estaba encendida hasta el máximo, y la mitad de la fiesta ya había pasado. Había una energía inquietante rebotando en la habitación, como si una pelea fuera a suceder en cualquier momento. No me gustaba, o mejor dicho, a mi espíritu no le gustaba. Lo pude notar porque mi corazón se aceleró y golpeaba más fuerte, y no al ritmo de la canción.

Me volteé asumiendo que Gretchen me había seguido hasta la sala de estar. Había asumido mal.

Mierda. ¿Por qué no agarré su mano cuando Stephanie me llevó sola?

Maniobré a través de los bailarines, maldiciendo cuando sentí que un pie aterrizó en mis zapatillas púrpuras, deslizándome a la cocina. Era el lugar más concurrido de la casa. Naturalmente, botellas de licor y varios jugos lideraban las encimeras y lleno de gente alrededor. La puerta de la nevera estaba abierta. Los chicos compitiendo por las cervezas importadas en vez de las nacionales. Esto era este tipo de fiesta.

Escaneé el grupo por Gretchen pero no la pude localizar. Traté de no entrar en pánico. Acabábamos de llegar. Dudaba de que algo lascivo le hubiera pasado en diez minutos.

Me empujé a través de la concurrida cocina a un pasillo igual de concurrido. Cal caminaba hacia mí.

-¡Oye, Brooke! -gritó mientras se aproximaba.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2016 ⏰

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