¡Llegó!

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Y por fin llegó; era un fin de semana de abril si no recuero mal. Estábamos súper ilusionados. Tras unos besos de nuestras madres, e incluso, y par de lagrimas de la mía(ya que nunca se había separado de su pequeño), llegó la hora de partir.

En el autobús yo me senté con mi gran amigo Alberto, y durante el camino íbamos pensado e idealizando lo que haríamos... ¡Íbamos a disfrutar al máximo!

Y llegamos, a un pueblo de Ávila, llegamos los primeros, antes que los demás colegios, y esto nos permitió elegir las camas que quiesiéramos, ya que todos los chicos dormiríamos en una misma sala, bastante grande.

Nosotros 5, rebeldes e inconformistas, empezamos a juntar 2 literas, para dormir todos en ellas, juntos, en la parte de arriba. Y no, por si alguien se lo pregunta, ninguno perdía aceite.

Empezaron llegando, caras nuevas, que serian nuestra familia durante 3 días.

La Nieve DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora