Es imposible contar las estrellas hasta llegar a un resultado eficaz.
Me es imposible contar los días después de conocerte, ¡fueron tan rápidos!
Pero hermosos, ¿cómo negarme? Después de tantos hechos lindos, era imposible olvidarte o no quererte.
Porque el jardín sin flores; no es jardín, el cielo sin sol; no es cielo, el espacio sin estrellas; no es espacio, y es que tu eres mi estrella, y yo sin ti; soy nada.
Entre aquellos días recuerdo aquel que me trasladó a otro mundo lejos de aquí:
Esa mañana estabas muy feliz, más de lo normal.
Te pregunté cual era la razón mientras notaba que tenias manchas azules en uno de tus párpados. En el izquierdo.
Me respondiste que estabas feliz porque un día anterior habías bailado y mencionaste que la sombra azul en los párpados eran parte del vestuario.
-¡¿Bailas?!- dije con cognitiva exclamación.
—¡Si!—respondiste en tono de obviedad.
- Pero, ¿Qué bailas? ¿Por que no me lo habías dicho antes?-Desesperado a su respuesta por lo que le pregunte.
—Ballet, bailo ballet— dijiste.
-¡Rayos!- me lo pasé exclamando todo el día, y a la vez te imaginaba bailar.
-¡Seguro baila hermoso! ¡y ballet! ¡GENIAL!
Me era imposible imaginarte, con tus rojos labios que deslumbran en tu piel blanca, admirando tus pasos con tus destellantes ojos color marrones como mi bebida favorita por las mañana.
Confrontando tus movimientos con tus suaves y finas manos, deslizando tu sedoso cabello (tienes puntas abiertas, pero sigue siendo bello) por tu espalda al son de tus pasos.Tu cuerpo alto con perfecciones inigualables moviéndose de una manera extraordinaria.
¡Dios! Eres mas que perfecta.
No paraba de verte bailando ballet en mi mente, ni ese día, ni hasta ahora.
Tus acciones y tu, eran indelebles en mi corazón.
-Así de perfecta, así de hermosa; así es ella.