Estaba seguro que te conocía al máximo.
Nadie mas te conocía e interpretaba tus gustos como yo.
Nos conocíamos mutuamente, sabía el nombre y aventuras de tu familia, y tu de la mía, con decirte que hasta sabía el nombre de mi cuñado.
¡Digo!
El nombre de tu hermano.
Todo era perfecto amiga, todo lindo, todo fenomenal.
Un día me dijiste que lo más importante era tu familia, entre ellos Guillermo, tu hermano, también incluíste el ballet y los libros.
Amas leer. Y eso, eso completaba tu perfección.
-¿Y donde entraba yo?
-¿Por que no estaba yo en esa lista?¡Carajo! Lo olvidaba, sólo soy tu amigo.
——.
–¡Buenos días alumnos! Bienvenidos sean ustedes a un año más en esta secundaria, me sonrojo al saber que ya son alumnos intermedios, alumnos de carácter que sabrán tomar decisiones mas maduras, feliz porque son, alumnos de segundo grado de secundaria. ¡Felicidades!– dijo mi nueva orientadora de ciclo.
-OK. Segundo grado, sólo tendré que acoplarme a un nuevo sistema de enseñanza.
Además, ¿de que preocuparme? Si un año más estaré con...--¡¿QUÉ?!- no puede ser, no estabas ahí.
-¡Esto no puede estar pasando!¡Dios! ¡¿Dónde estas?!
Mi mirada te buscaba sin importancia a los demás, pero después de tres horas supe que no estabas ahí en mi aula.
Me dijeron que estabas en el aula uno. A metros de la mía.
¡SI! El timbre de receso sonó y fui desconcertado al aula uno, solo a buscarte a ti.
Y ahí estabas junto a la ventana. Después de casi un mes sin verte, te vuelvo a mirar.
Aun no me veías, seguías distraída. Entonces volteaste, tu rostro se sorprendió al verme, yo me enamoré al verte.
No corriste a mi, solo te acercaste lentamente y tampoco me abrazaste.
Me preguntaste como habían sido mis vacaciones entre otras cosas (...)
Y así eran la mayoría de los receso; salir y dirigirme a el aula 1.
Maldita aula 1, me estorbaste ese año de locura.
Y después, ya no te veía, ya no te hablaba, la magia terminaba, todo terminaba.
Todo terminó, a partir desde ese día soleado y caluroso. Ese fue el último día.
No tiene caso contar más sobre segundo grado, porque no estabas tu.
Y junto a ti, fue todo lo que pasó.
Desde ese día, odio cuando me recuerdan segundo grado.
El peor año de todos.