Ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvimos una platica extensa; aún la recuerdo bien, como olvidar momentos contigo, el día era soleado un poco caluroso, hablábamos sobre la chica que me gustaba, al mismo tiempo me contabas de tu novio, un chico alto, inteligente y apuesto.
Algo concordante contigo.
Muy arrogante con migo.
No entiendo porque lo fue, la ultima charla juntos.
Luego, el cambio me afecto en todos los sentidos.
Ya no nos veíamos, evitaba hablarte, todo marchaba con nuestra amistad alejada.
Ya no tenía a alguien con quien hablar, con quien desperdiciar mi tiempo de una manera única, todo era maravilloso a tu lado.
Pensé que jamás volvería a charlar contigo, sentir ese maravilloso momento cuando me refugiaba en tus brazos y creí que nunca más admiraría tus labios que conformaban tu extraordinaria sonrisa.
Lamentablemente, me olvide de ti, y después de mucho tiempo, nos volvimos a encontrar.
Eras diferente físicamente pero no perdías los gestos que te distinguían.
No perdías el toque de una extraordinaria mujer, tampoco perdías la manera de darle sonrojo a mi vida, algo que sólo tu lo podías hacer.
Me recordabas como un amigo.
Yo a ti.
Creo que también.
Actuaba contigo sin razón del futuro, hablaba contigo sin temor alguno.
Aún no me daba cuenta de quién eras en realidad.
