Me han enseñado
a desearos y a
trataros como
si fueseis
de cristal;
a compraros flores,
a fingir las caricias,
a escribir sonetos,
a miraros con deseo,
pero no.
No sois diosas.
Sois de carne y de hueso.
Y si no quieres
follarme
pienso masturbarme
a cada puta hora del día
antes de rendirte culto.
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Pasión y decencia
Poesía¿Quién iba a decirme a los dieciocho, que la violencia olía a amor y que el amor no era otra cosa que la ya citado? carecía de sentido imaginarse otra cosa distinta, así que tan solo procuren disfrutar de los poemas de una vida en que fui adolescent...