La pista definitiva

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Wang siguió corriendo por aquellos callejones. No quería que la pillasen, así que intentó pedir ayuda a todo hombre que se encontraba. Por desgracia todos eran vagabundos o borrachos que estaban tirados por las esquinas y la ignoraban. No encontraba ninguna salida. Esos hombres cada vez estaban más cerca. Al salir de un callejón los vio, e intentó desviar su rumbo.

Sus pies ya no le funcionaban. No sabía cuánto tiempo había estado corriendo. En aquel momento, su salvación pasó delante de sus ojos. Un coche de policía, se dirigía hacia allí. Con todas las fuerzas que le quedaban en el cuerpo, corrió hacia aquel coche.

Wang se puso delante del coche de policía, intentado hacer señales para que se detuviera. El policía que estaba dentro no la vio bien y no frenó a tiempo, haciendo que chocara contra ella. Los policías se bajaron de inmediato y la llevaron al hospital.

En el hospital

Wang fue ingresada de inmediato y llevada a un box para que le hicieran un examen médico exhaustivo, ya que a simple vista no se podía comprobar los daños que tenía. Afortunadamente, solo tenía una conmoción en la cabeza y un esguince en la muñeca.

Dos horas más tarde, despertó muy asustada. Los médicos intentaron tranquilizarla, pero no lo conseguían.

- Necesito ayuda, por favor- decía en un tono de desesperación.

- Tranquila, ya no corres ningún peligro- decía el médico.

- No soy yo quién necesita ayuda- no paraba de insistir-ellos tienen a mi amigo, le van a matar.

- No te preocupes- intentó calmarla de nuevo.

El doctor se sorprendió al oír aquellas palabras, no sabía de qué estaba huyendo, pero por su tono de voz, no debía de ser bueno. Consiguió pincharle un calmante para que se tranquilizase, ya que, si su presión aumentaba, podría darle un ataque al corazón.

Al salir, los policías de aquel coche estaban esperando en la puerta.

- ¿cómo está la chica doctor?- preguntó muy preocupado uno de los policías, ya que este era el que conducía el coche.

- Está bien, solo tiene una conmoción en la cabeza y un esquince en la muñeca- le dijo agentes- lo que me preocupa es lo que a dicho mientras la estábamos tranquilizando.

- ¿Qué dijo?- preguntó el otro agente.

- Dijo que alguien estaba en peligro, un amigo suyo y que si no le ayudaban le iban a matar- le explicó.

- ¿Cuándo podemos hablar con ella?- preguntó el mismo agente

- Hasta mañana me temo que no- contestó- estaba muy nerviosa y le hemos tenido que poner una cantidad grande de sedantes.

El médico se retiró y los agentes llamaron de inmediato a sus compañeros para que fueran a revisar la zona del accidente y sus alrededores, por si hallaban pistas del amigo de la chica o de dónde provenía ella.

En el edificio donde estaba Youngjae

El jefe estaba muy furioso, no solo había perdido a la chica, sino que se había encontrado con la policía. La buena noticia era que estaba muy lejos de aquel edificio y no creo que supiera donde estaba exactamente, además, con suerte el coche la habría matado y no podrían encontrarlos. Aun así, había perdido una valiosa venta.

Youngjae se encontraba sentado en la única silla de aquella habitación. Tenía un ojo morado y un corte en el labio a causa de los golpes que le habían dado los guardaespaldas.

Historia sospechosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora