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De golpes, caídas y cosas que no deben tocarse.

El reloj del salón marcaba las 14:30, en media hora podría liberarse de la tortura que le producía estar en la clase de literatura, vaya que estaba siendo aburrida el profesor hablaba de lo que se venía para el siguiente semestre hacia una hora había dado resultados de los exámenes, en pocas palabras estaba culminando su semestre, Rubén había salido bien, paso la prueba con buenas notas se había esforzado un poco, esta vez hizo las cosas bien y por fin tenía un verano sin preocupaciones, nada más que el disfrutando de una temporada que se tenía bien merecida después de romperse la cabeza haciendo tareas y trabajos agotadores para la materia, el esfuerzo valió la pena, Mangel como siempre termino con notas ejemplares era el mejor de la clase, el no tenía por qué preocuparse.

Rubén lo miraba de reojo y le hacía señas impaciente por la hora, Mangel le devolvía las miradas diciéndole que se calmara, Rubén se volteó y suspiro aburrido, miro a su compañero quien se metía los dedos a la nariz sin ninguna pena, ese chico lo desesperaba, Guillermo era su nombre,  el tan famoso cara sucia como lo llamaba él, su compañero de clase, se podría decir que era el peor del mundo pero era todo lo contrario, era aplicado tenía buenas notas, era de cierta manera la competencia de Mangel en el aula, Rubén no sabía cómo ese chico tan descuidado de su higiene personal podía ser tan inteligente era un misterio, Guillermo era amable y todo pero en cuanto a higiene era algo descuidado.

Rubén no estaba en condiciones de juzgar a Guillermo el llevaba tres días sin darse una ducha, entonces lo pensó, ahí estaba el juzgando a cara sucia, Mangel lo había regañado muchas veces por estar poniendo sobrenombres, así que decidió que el próximo semestre haría lo posible para cambiar a su compañero, haría algo para ayudarlo, una buena acción la puede hacer cualquiera, otra cosa más se agregaba a su lista.

...

14:45, el profesor no para de hablar y Rubén se estaba durmiendo, tenía un codo sobre su escritorio y tenía la cara posada sobre su mano izquierda, sentía los ojos pesados los abría y hacia movimientos bruscos para despertar pero era inútil estaba aburrido y no podía luchar contra eso.

Rubén se incorporó en su asiento cuando escucho que la puerta del aula se abría, era una profesora, Rubén no la conocía así que regreso a su posición.

La profesora le dio una lista y comenzó a llamar a algunos alumnos, entre ellos Rubén y Mangel.

-los alumnos se retiraran cuando terminen las actividades destinas.- le dijo la profesora marchándose con los alumnos.

-¡dios Mangel me estaba durmiendo!.- dijo poniendo una de sus manos en el hombro de Mangel. -

-lo note – Dijo soltando un pequeña risa.

...

El evento en cual ayudarían era una fiesta de fin de cursos, normalmente nunca hacían estos tipos de celebraciones pues la universidad tenía una reputación impecable y era un instituto serio, sus estudiantes no eran cualquier cosa eran los más destacados, este año gracias a los alumnos del consejo se logró un permiso para despedir a los alumnos de intercambio que llevaban ya tres semestres en la universidad, a decir verdad tuvieron mucha suerte de que les prestaran el gimnasio para el evento, pues era el lugar con más espacio y el único que estaba disponible para una actividad de esa magnitud , pero no todo era suerte pues un lugar más grande implicaba aún más esfuerzo en las decoraciones.

Había cajas por todos lados, para poder agilizar todo se dividieron en 2 grupos, decoración; grupo formado por las chicas y los chicos el grupo de staff, como los nombro la profesora, que prácticamente serían quienes cargarían las cosas pesadas.

El Diario De Mi Mejor Amigo | RUBELANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora