¿Habrá una derrota?

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A pesar de seguir en invierno, la primavera se acercaba y eso se notaba en los días soleados, como el de hoy exactamente. El día era verdaderamente alegre y tranquilo... a diferencia de Baekhyun que se encontraba con un rostro de muerto en los vestidores del café, parecía que no había dormido nada la noche anterior, por estar tan molesto y pensativo con lo sucedido.
Estaba pensando en varias formas de maltratarlo, siendo el "chantaje" lo único que lo retenía de hacerlo. El chico que estaba recibiendo tanto odio de este, al parecer aún no llegaba, y no se lo quería topar por miedo a hacerle algo del coraje que tenía guardado y que así abriera su bocota enfrente de Chanyeol, simplemente no podía, tenía que pedir la fuerza divina para que sus manos no actuaran con motivos asesinos.
Baek solo pensaba este tipo de cosas, mientras terminaba de acomodar su corbata, ahora con mucho cuidado, para que el moreno no tuviera material con que molestarlo. En cuanto terminó, se dio un par de fuertes palmadas en las mejillas, para así despabilarse y quitarse esa amargura del rostro, pues no podía recibir a las clientas con un "Muérete" escrito en la frente.


– Oh, Baek, atiende la mesa de la entrada – Le dijo su jefe, con quien se había topado al salir – Hoy estaremos algo cortos de apoyo, Suho y Sehun pidieron el día libre, así que hoy necesitaré que dupliques tu productividad ¿vale? – Le dio una palmada al hombro y sin dejarle a Baek refutar, se dirigió a su pequeña oficina que se encontraba al fondo del pasillo.


– Bueno, al menos eso me tendrá ocupado – Suspiró y empujó de las puertas vaivén para ir a atender clientas.


Justo al entrar, lo primero que notó en su vista, fue a Kai inclinado, atendiendo a una mesa con dos chicas. La luz matutina de la entrada, se reflejaba en el contorno de Kai, esto hizo que el chico de cabello gris, inconscientemente mirara de forma descarada al moreno, no necesariamente pensando en algo, pero de algún modo se tranquilizó levemente.
Poco le duró esa tranquilidad al notar que Kai le estaba regresando la mirada, directamente a los ojos y con una media sonrisa en su rostro. Enseguida el mayor, volteó el rostro hacia su costado de manera brusca, avergonzado de el moreno lo atrapó viéndolo directamente.
Se suponía que hoy fingiría que no hay ningún Kai, que Kai no existe o nunca existió, su plan era ignorarlo para no soltarle un puñetazo o gritarle de las miles de formas en las que moriría.


Finalmente se decidió, y regresó su cabeza hacia el frente, dirigiéndose, tanto él como sus ojos, solo a la mesa que iba a atender.
Kai hizo un ademan para saludarlo, pero cuando este pasó a su lado, el mayor hizo caso omiso al saludo cortado que salió de su boca, llegando sin siquiera voltearlo a ver, a la mesa de una solitaria chica.
Al terminar de dar su orden y actuar como normalmente lo hace, se dirigió a la mesa de a lado que también esperaba su servicio, mientras tanto, el moreno se ponía a pensar que hacer, a la vez de tomar, distraídamente, las órdenes de otra mesa que se encontraba justo en frente de la que atendía Baek, cruzando el pasillo. Al moreno no le gustaba que, a pesar de todo lo que hizo, el mayor actuara de esa manera, era demasiado testarudo aun sabiendo que podría perder su trabajo y su mejor amigo en tan solo un momento, además... de algún modo quería su atención en él.
Al terminar de atender esa mesa, volteo a sus espaldas para darse cuenta que Baek estaba terminando de anotar las órdenes de otra mesa, apunto de empezar a caminar para dirigirse a la cocina, pero siente que algo lo detiene. Eran unas manos en su abdomen. Unas manos morenas que sabía perfectamente de quien eran, en cuanto se dio cuenta de eso, sintió una respiración en su cuello y una de las manos se movió un poco hacia la parte superior de su torso.


– ¿Por qué razón no me saludaste? – Inclinó su cabeza en el hombro derecho del más bajo – ¿Hice algo que te molestara? – Preguntó de forma un tanto seductora y adorable, una extraña combinación que solo pocos logran hacer.

¿Quién enseña a quién? (Kaibaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora