¿Por qué?

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Pasos firmes y pies semi-arrastrandose se escuchaban en un piso de madera, el sonido de la ropa forcejeándose, quejidos de voces masculinas y el de una puerta cerrándose finalmente.
El de menor estatura, ya cansado de sostener al moreno, intentó dejarlo en la cama con la más posible delicadeza, pero no le fue posible ya que se encontraba exhausto.
Después de respirar un poco, lo ayudó a quitarse sus mocasines, que lucían como si fuesen nuevos, enseguida se quitó los propios para dejarlos en su closet.
Era en verdad tarde pero eso no era tan preocupante debido a que era fin de semana, aún así uno de los dos tenía que trabajar incluso en sábado.


–... – Palabras quisieron salir de la boca del mayor, mas no encontraba que podría decir, así que simplemente lo ayudó a quitarse la chaqueta, empezando por abrir el cierre – Deberías ir a bañarte – Al fin habló.


El menor no tenía la más mínima intención de contestar, en verdad estaba perdido, en shock, miraba a la nada. Baek evitaba mirar su rostro, pero era inevitable saber cómo se encontraba, o eso pensaba mientras le deslizaba las mangas de los brazos lentamente.
Por no querer toparse con su mirada, solo observaba las áreas de donde le quitaba la chaqueta, viendo que debajo traía una playera ajustada y de manga corta, logró ver algo que lo sorprendió.
Cinco manchas moradas, casi negras, en el cuello, como si hubiese sido succionado con una enorme fuerza, pero ahí no acababa el asunto, en los brazos había una que otra cicatriz, costras, moretones e incluso rasguños. Esto tenía en verdad sorprendido a Baekhyun, esas heridas mostraban que lo de hace poco no había sido la razón, pues eran marcas que habían sido hechas desde hace tiempo.
Baekhyun suspiró para calmarse, no sabía cómo reaccionar ante esa situación. Todo este tiempo en verdad lo había odiado y saber que lo habían herido de esta manera... no lo hacía feliz, a decir verdad, su razón de odiarlo era solo una tontería, así que no podía regodearse por el sufrimiento de alguien que de algún modo hizo sus días más entretenidos.


El menor lo tomó de la cara con ambas manos, un tanto decidido.


– Irás a bañarte, quieras o no – Lo despeinó y esto hizo que reaccionara un poco, al menos ahora su mirada seguía a algo existente.


Se sentó a su lado silenciosamente, colocó el brazo ajeno encima de su propio hombro y entre quejidos de fuerza, logró levantarse llevándose al moreno con él hacia el baño.

– Con cuidaaaado, cuidado – se decía así mismo mientras lo sentaba en el excusado – Bien, te dejo que te desvistas, cuidado con la perilla que es algo sensible – Con eso dicho, salió del baño.


El mayor cerró la puerta y se recargó en ella del otro lado, no pasaron muchos minutos de que se desesperara y se dignara a volver a entrar, enseguida, como esperaba, kai no había movido ni un músculo y seguía emanando esa energía tan depresiva.


– Dios mío... – Suspiró y se colocó enfrente de él, poniéndose de cuclillas – Haré esto solo para ayudarte, no te asustes.


Baekhyun se levantó y puso sus manos en las orillas inferiores de la playera negra de cuello "V" del moreno, respiró sutilmente esperando a ver como reaccionaba, mas no había mucha respuesta de su parte. Respiró hondo y cerró los ojos "Uno... dos... ¡Tres!" Pensó a la vez que subió la playera del otro, descubriendo finalmente su torso, que al igual que sus brazos, se encontraba lastimado y lleno de heridas.
Al revelar aquello, el mayor se sintió un poco afligido, imaginándose las escenas detrás de cada herida en forma de flashbacks momentáneos. Respiró profundamente y se alejó para llenar la tina en una temperatura soportable hacia otras personas que no fueran él mismo.
Mientras metía la mano en el agua y la regulaba, se preparaba mentalmente para lo siguiente, era bastante extraño para él, a decir verdad le daba algo de orgullo tener que ayudar así a alguien más que no fuese Chanyeol, aunque incluso con él no le gustaba hablar o hacer cosas tan personales a menos que fuese realmente necesario o le molestara bastante.
Se irguió para dirigirse al moreno que se encontraba abatido encima del excusado, cerró los ojos y enseguida se puso de rodillas, era bastante incómodo, pero no quería dejarlo solo, sentía que todas las fuerzas existentes, no lo dejaban en paz con el tema. Tragó saliva y abrió sus ojos después de pensárselo unos minutos, fue entonces que dirigió sus manos hacia la hebilla de su cinturón y comenzó a desabrocharlo. De pronto el moreno volvió un poco en sí, sobresaltándose ligeramente al verlo hacer tal acción.

¿Quién enseña a quién? (Kaibaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora