Capítulo 5

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     –Ahora comenzará el verdadero infierno –dijo Emma, cuando estaban enfrente del Lago Infinito.

     Caleb lograba visualizar del otro lado del lago unas colinas.

     –¿Por qué es el Lago Infinito? –preguntó Caleb.

     –Es un lago sin fondo –contestó Vladimir.

     –Moriremos –dijo Emma con optimismo.

     Caleb la miró preocupado. Vladimir sonrió.

     ¿Cómo cruzarían? Caleb miró a unos pocos metros de ellos un bote abandonado, no era muy grande, estaba anclado a un tronco cercano al lago y tenía un par de remos, se veía que llevaba mucho tiempo allí. Se subieron al bote, desanclaron y comenzaron a remar.

     –Moriremos –repitió Emma cuando a Caleb se le cayó al agua y se hundió en la oscuridad del agua. Llevaban más de cinco minutos remando.

     No podían moverse de donde estaban con un solo remo. Emma comenzó a agitarse del miedo y permitió que Caleb la abrazara por unos instantes. Estaban atrapados en el medio del lago, y en una posición muy peligrosa.

     Emma esperó al Kraken. Miraba hacía todos lado, buscándolo nerviosa.

     Se escuchó el revoleteo de unas alas, unas alas enormes. Celeste se acercaba a ellos a una velocidad increíble. Emma aplaudió emocionada mientras decía que ya era hora que apareciera.

     –Eres un ángel –bromó Vladimir sorprendido. Miraba a Caleb y luego a Emma boquiabiertos. Ellos asintieron al mismo tiempo.

     –¿Necesitan ayuda? –preguntó Celeste con sarcasmo.

     Emma gritó que sí. Celeste dijo que se sujetaran que nos empujaría hasta la orilla. Pero algo los detuvo. Un tentáculo enorme rodeó el bote y lo haló hacía abajo. Emma gritó antes de que todo esto ocurriera.

     Estaban todos dentro del agua y Celeste no sabía qué hacer. Emma repetía una y otra vez que morirían. Un tentáculo tomó por el tobillo a Vladimir y lo haló hacía abajo, peleó contra el tentáculo sin mucho éxito debajo del agua oscura. Celeste se hundió en el agua y nadó en busca del pobre hombre. Segundos después salió a la superficie y volando con Vladimir entre sus brazos.

     –¡Creo que se enojó! –gritó Vladimir –. Le clavé una flecha envenenada y ahora agitaba el tentáculo con desespero.

     –Tratemos de nadar a la orilla –ordenó Caleb a Emma.

     Otro tentáculo salió del agua y golpeó a Celeste que levitaba a unos pocos metros del agua. Ella junto a Vladimir cayeron a tres metros de la orilla. Mientras que a Emma y Caleb todavía le faltaban por transcurrir la mitad de transcurso. Entonces una bola de cañón apareció por los aires y golpeó en el agua sin lastimar a nadie ni a nada.

     –¿Qué fue eso? –gritó Caleb temblando.

     –Creo que...

     Buscaron con la mirada hasta que a lo lejos se visualizó un enorme barco.

     –Gracias a Dios –exclamó Emma –. Es el barco fantasma del Lago Infinito.

     –¿Qué? –preguntó Caleb.

     –Te explicó cuando salgamos de aquí –le prometió sin dejar de nadar a la orilla.

     Se dispusieron a nadar lo más rápido que pudieron. Caleb miró al barco fantasma el cual ahora estaba rodeado por enormes tentáculos. Sintió que estaba solo, así que volviendo la mirada notó que Emma ya no estaba a su lado. ¿Qué había ocurrido? Celeste había terminado de llevar a la orilla a Vladimir, y después había vuelto por Emma. Ahora la llevaba a duras penas hasta la orilla.

Las Aventuras de Caleb CoinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora