Mirale, él es feliz. Si tanto le quieres, vamos, sonríe por él, aunque te joda, aunque estés muriendo por dentro; él es feliz y con eso, creo, que deberías darte cuenta por fin, de que no merece la pena sufrir más.
Mirate ahora tú. Sí, en ese espejo.
¿Lo ves? Estás hecha una mierda.
¿Qué pasa, que ahora él es el único que puede ser feliz?
JA JA JA. Me río yo de eso señorita.
¿Que hay de la chica come hombres?
Te lo dije una vez. "El amor no daña, dañan las personas."
Bueno, qué ¿ aún no estas vestida?
Vamos mujer, que llegamos tarde al parque, donde por fin estrenarás sonrisa. Y esta vez, una de verdad.
Corre niña. Que se nos hace de noche.
Así así, me encanta; esa sonrisa junto con esos ojos llenos de brillo, te hacen una figura espectacular.
Mira, ya me das hasta envida.
Estoy orgullosa de ti. Ahora nada ni nadie podrá con nosotras.
Echaba de menos esa fuerza tuya, bueno, nuestra.
Mirale, por ahí viene él, sonriendo, pensando que se va a encontrar con la vieja tú finjiendo una sonrisa.
Corre, ahora, ahora. Dale dos besos sin mirarle a los ojos con lástima.
¡Eso es! ... Venga ahora riete como antes lo hacías, con ese brillo en los ojos y esos dientes fuera.
Mira mira, ahora el que se va nostálgico es él. Te lo dije.
No te dejes aplastar por nadie.
Ahora, ya siempre así. Con tu brillo de ojos iluminador, tu sonrisa deslumbrante y tu fuerza. Y hacia delante.
Atentamente; tu subconsciente.
