Continué con mi vida,aunque sabía que el problema no podría quedar impune.
Estaba en el gimnasio haciendo aperturas con mancuernas cuando me vibró el móvil.
--Mensaje de Whatsapp de +34679578667
Era Victoria. De alguna extraña manera había obtenido mi número.
--Hola Alberto, soy Victoria,¿podemos quedar?--
--Necesito hablar contigo--
--Claro Victoria, ¿cuándo quieres quedar?--
--¿Puede ser hoy a las 20:00 en el centro de la ciudad?--
--Me pillas en el gimnasio ahora mismo y me queda un buen rato...--
--Ummm..., ¿A que gimnasio vas?--
--Voy al "Palero"--
--En una hora me paso por allí, ¿te parece?--
--Vale,genial (mandé un emoticono sonrojado)--
--Pues hasta entonces Alberto, un beso--
Victoria venía a buscarme al gimnasio y a mi me quedaban un monton de ejercicios que hacer todavía...
Mierda,no me va a dar tiempo a terminar la rutina.....
Hice los ejercicios que consideraba fundamentales de ese día y me lancé rápido a las duchas.
La chica que me gustaba venía a verme y yo no quería estar oliendo a sudor.
Me arreglé y salí a la entrada.
Allí estaba ella,era finales de Abril y hacía calor aunque fueran las 8 de la tarde,llevaba puestos unos vaqueros y una camiseta de color verde.
-¡Hola Alberto!-me saludó ella.
-Hola Victoria-dije yo con una sonrisa.
Nos dimos dos besos.
-¿Damos una vuelta?-dijo ella.
-Vale, sin problema-dije yo entusiasmado con la idea.
Fuimos dando una vuelta por las calles de la ciudad hablando de banalidades y riendo, hasta que ella dijo:
-Bueno Alberto, te contaré porque te he pedido que quedaras conmigo.....-dijo ella,muy nerviosa.
-Vale Victoria-dije yo.
-Pareces un chico genial y quería saber si....-se quedó ahí.
-¿Que quieres saber?-dije yo pensando que me iba a confesar que sentía lo mismo por mi que yo por ella.
-Quería saber si me ayudarías a gustarle a Esteban-dijo ella.
-¿A Esteban?-pregunté yo sin entender nada.
Sus palabras me dejaron de piedra, no le gustaba yo, sino mi mejor amigo.
O por lo menos el que hasta ahora era mi mejor amigo......
-¿Hay algún problema?-dijo ella preocupada.
-Perdón, me tengo que ir..-dije yo mientras salía corriendo por la calle para salir de allí.
-¡Alberto!-la oí gritar, pero no cese de correr hasta haber montado en el bus que me llevaría a mi casa.