Me estoy cagando en mi puta vida cuando veo a Daniel Oviedo, con cara de a ver visto a un muerto caminando, detrás mía, en mi casa y pisando el mismo suelo que yo. Mis ojos se van a sus manos las cuales están en su cinturón a medio abrochar debido a la sorpresa que nos acabamos de llevar los dos. ¡¿Qué mierdas hace aquí?!, ¡En mi casa!.
-¿Dani?- titubeo más nerviosa que el día en el que tuve que llevar los anillos a la boda de mi tía. Los cuales se cayeron entre los asientos de los invitados. Larga historia.-¿Qué haces aquí?.
-¿No me piensas dar un abrazo? Olvidona.- eso último lo dice con picardía. Ladeo la cabeza asombrada, y aún procesando lo que está pasando lo abrazo, lo cual es una sorpresa para él, debido a lo fuerte que lo hago.
-No sabes lo mucho que lo siento.
-Lo sé.- me puedo imaginar que está sonriendo, igual que yo.- No sabes las ganas que tiene Jesús de verte.- dice algo, ¿Irónico?.
-Uf si seguro, después de haberlo dejado plantado sin ninguna explicación durante un año.- digo seguido, lo cual provoca una risotada por su parte.-Yo no quería, de verdad- digo sincera.- no quería despedirme, me iba a doler. Escogí lo mejor, creo.- él me mira comprensivo.
-Te odia.- dice seguido de una risa.- dice que jamás te lo perdonará.- sonríe con pena.
-Pues vaya tú, como si me importara.- comento orgullosa, hace una mueca de sorpresa.- tengo novio, se llama Mario, y estoy muy bien con él.
Mentirosa
Dani levanta las cejas asombrado y abre la boca.
-Uauh, no me esperaba eso.- dice andando para la habitación de invitados, lo miro pensando que tiene que estar de cachondeo, se da la vuelta y me mira contento.-¿Qué?.
-Nada, nada.- sonrío y dejo de hacerlo cuando la puerta de la calle se abre oyendo los pasos de varias personas y a mi madre riendo, empiezo a dar vueltas, podría meterme debajo de la cama de mi cuarto, o en el armario, o mejor en el jardín.
-¡Ainhoa!- grita mi madre desde el piso. Mierda.
Miro a Dani para que me ayude y me da ánimos para bajar, lo miro con la peor cara de asco que le he puesto y voy bajando las escaleras poco a poco.
-Estamos en la cocina.- me dice mi madre, por lo que voy hacía allí con todo el miedo en mi cuerpo.
Cuando entro veo a Eva, hay una figura al lado de mi madre, la cual no me he atrevido a mirar por que se quien es.
-Eva.- sonrío y me acerco a abrazarla.- te he echado mucho de menos.
-Y yo.- susurra acariciando mi espalda.
Me separo y la miro por unos segundos, ella comprende el por qué de esa mirada tan asustada y me acaricia el brazo. Trago saliva y suspiro, preparada para ver después de un año a la que fue la mejor persona de mi vida para mi. Me doy la vuelta y ahí está, se encuentra al lado de mi madre, con una bolsa de patatas en las manos y mirando asustado igual que yo. Está más alto, le ha crecido el pelo y lo tiene echado a un lado, está más moreno y se ha puesto unas cuantas pulseras en la muñeca izquierda, se ha echado cacao, se nota por que tiene los labios resecos bajo una fina capa de brillo que descansan en estos. Ha cambiado, está más guapo, muchísimo más. Quiero oírle hablar joder.
-Hola.- saludo, y mi voz ha parecido como si no me importara quién es, lo que hace que los dos nos sorprendamos.
-Hola.- responde, y joder. Su voz está más grave, la tiene ronca, pero a la vez a sonado tan dolorida que lo he mirado con extrañeza. Está aquí por fin, conmigo.
Sonaré un poco egoísta, hipócrita o cómo queráis llamarlo pero, le quiero abrazar, lo necesito, sé que lo necesitamos. Hostias, al menos yo.
Sé que es corto, que os he tenido en espera, pero este curso no me lo pienso repetir ya que quiero pasar con mis amigas a graduarme, etc. Entonces si no subo capítulo en dos meses es por eso. La tendré pausada. Pero creo que cuando empiece el verano o al menos cuando termine los exámenes, seguiré escribiendo. Os lo prometo.
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Si Una Vez Te Tuve [Jesus Oviedo]#2TN
FanfictionCualquiera en su sano juicio se hubiera vuelto loca por ti.