One Shots - Lucaya

last chapter

(el nombre de este capitulo no tiene nada que ver con que sea el ultimo del fic, solo se llama así)

Una cosa si salió como estaba planeada: Lucas llevaba puesto traje y corbata.

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-Maya, este es Lucas: un amigo de cuando estudiaba en el instituto en Nueva York. Lucas, esta es Maya: la conocí al entrar en la universidad y ahora somos inseparables.

Maya sonrió.

-¿Con qué este es Friar? Wow, podrías habérmelo descrito como un poco más guapo de lo que insinuabas. El shock ha sido un poco fuerte, mi imaginación no se acercaba ni de lejos a la persona que tengo de frente.

Lucas le sonrió con la vieja sonrisa de instituto que Riley recordaba.

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-¡No me puedo creer que vayamos a llegar tarde! -rió Maya mientras corría con los tacones puestos- ¡Y todo tu culpa!

Riley le respondió con una carcajada.

-¡Déjame! ¡Qué para un día que soy yo la que tarda un poco más...!

Ambas chicas corrían con tacones en sus pies y vestidos ondeando debido a la velocidad que llevaban.

-¿Crees que habrá venido?

-¿Quién?

-No te hagas la loca. -le reprochó Maya a Riley con una risita nerviosa.

-Oh vamos, en breve lo averiguarás.

Siguieron corriendo, con cuidado de que no se les torciera un tacón.

-¡Nuestra propia jodida graduación!

-¡Esto es de locos!

Ambas rieron mientras se acercaban a la puerta del amplio salón de actos de la universidad, lugar en el que se realizaría la ceremonia. O más bien, estaba a punto de realizarse.

Maya abrió la puerta de un empujón y se topó con su profesora de literatura.

Le dedicó una sonrisa nerviosa ante la mirada reprochadora de la mujer hacia las dos chicas y caminaron hacia las sillas que les habían sido asignadas, justo cuando el director estaba a punto de salir para comenzar el discurso de ese año.

Después de las palabras del anciano hombre, comenzó a llamar a los alumnos que ese año se graduaban.

-Aniston, James.

Los alumnos subían, recibían su diploma, daban un breve discurso y tomaban la mano de sus profesores.

-Hart, Maya.

La rubia se levantó nerviosa y subió las escaleras hacia el escenario con un leve temblor en las piernas.

Una vez arriba y con su diploma en mano, se dirigió al atril con el escudo de la universidad para decir unas cuantas palabras.

Y lo vislumbró entre el público, sonriéndole.

En un acto reflejo ella le sonrió, como si sonriera a la nada y al todo.