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Bruce

Odio las semanas de exámenes.

No es que se me de mal estudiar, saco buenas notas, es el simple hecho de tener que sentarme delante de un libro. Y si le sumamos los deberes y trabajos que nos mandan pues ya no me llegan las horas del día para terminar.
Me pregunto si los profesores sabrán que hay una vida después de clase.

Ya he estado una hora estudiando y no puedo más.
Cerré el libro.

Hace dos días que no veo a ranita. Como estaba enferma no quería molestarla, pero ya debería estar recuperada.
Abrí la ventana y di tres toques.
Ella no tardó en aparecer.

- me echabas de menos - dije sonriendo

- no la verdad e estado muy tranquila últimamente - respondió

- ¿que tal llevas los exámenes?
- yo muy bien tu deberías irte a estudiar

- quizá te sorprenderías si vieses mis notas

- lo que tu digas - dijo rodando los ojos

- quieres apostar - dije con una sonrisa malvada

- yo no apuesto

- eres una cobarde

- retirarlo - dijo casi en un chillido

- ¿por que haría eso?

- ¿que quieres apostar?

Nunca pensé que ranita aceptaría mi propuesta, vamos a ver que tan lejos llega.

- bien, di mis notas son sorprendentes harás lo que yo te diga durante dos días - dije

- uno

- dos - respondí

Ella emitió un gruñido.

- y si no lo son tendrás que hacer lo que yo quiera durante una semana - dijo sonriente

- perfecto, no tengo nada que temer

Nos dimos la mano y cerró la ventana. Como me voy a divertir.

Del otro lado de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora